El espacio exterior siempre ha sido un misterio que apasiona al ser humano. Desde los inicios de la historia, las estrellas, los planetas, el sol y la luna han sido objeto de una inmensa cantidad de teorías, estudios y fantasías.
En la cosmogonía maya-quiché, la mitología griega, la astrología mesopotámica y cosmología hinduista, y hasta en el más recóndito extremo de la tierra, existieron personas cuyo único deseo era develar los misterios del cosmos, este aparente vacío completamente lleno del cual no sabemos prácticamente nada.
Esta semana, el espacio cobró especial protagonismo, ya que el Pentágono (este ente también misterioso y del cual no sabemos nada, que posee los secretos mejor guardados del mundo) develó una serie de imágenes de avistamientos de ovnis, objetos voladores no identificados. La imaginación del ser humano no tiene límites y las más locas teorías surgieron de estos videos. Si te las perdiste, acá están:
Ante esto, no podemos más que recordar todas las obras de arte cinematográficas y literarias que se dedican a homenajear estas fantasías, a intentar adivinar qué hay más allá y, a su vez, a entretenernos. Es uno de nuestros temas favoritos, por lo cual resultó muy difícil elegir, pero, finalmente, luego de mucha deliberación, elegimos tres obras maestras.
La película de la semana
2001: Una odisea del espacio
¡Qué dolor elegir! Grandes maestros del cine han dedicado parte de sus carreras a mostrar las maravillas del cosmos. Sagas como Star Wars, películas como Avatar, La guerra de los mundos, Mars Attacks!, Alien, La cosa... Todas se quedaron afuera de la carrera cuando nos acordamos de que existe 2001: Una odisea del espacio, que más que mostrar las maravillas del cosmos, muestra las de la mente de Stanley Kubrick, uno de los directores más influyentes de la historia del cine. Además el guión fue escrito por el mismo Kubrick y por Arthur C. Clarke, maestro de la ciencia ficción escrita.
Estrenó en 1968, un año antes de la llegada del hombre a la luna, uno de los mayores logros de la era aeroespacial. ¿De dónde venimos? ¿Hacia dónde vamos? ¿Estamos solos en el universo? Todo esto está planteado en una sola épica cinematográfica. La película plantea una conquista del espacio lograda por el ser humano, que, hasta el día de hoy, no se ha cumplido, aunque genios como Elon Musk (el físico y magnate obsesionado con llevarnos a vivir a Marte) hagan todo el esfuerzo por lograrla.
Aparece un extraño monolito en la luna. Comienza a enviar una señal misteriosa: los astronautas intentan seguir esta señal, en busca de su origen. La película muestra cuatro historias, centradas alrededor de este objeto lleno de preguntas.
Además de los intrigantes temas que trata, la música es de una brillantez incomparable: Richard Strauss, Aram Kachaturián, György Ligeti y Johann Strauss son los compositores que eligió el director para presentar una de sus obras maestras.
Se dice de la película que es la más alta expresión de la ciencia ficción llevada al cine. En lugar de respuestas, deja muchos interrogantes sobre nuestro rol como humanos en el universo. Más que ninguna otra película de este género. Por eso es la elegida entre tantas, tantas excelentes películas.
Recomendada para: adultos y jóvenes, es bastante intrincada.
Quiénes deben verla: quienes quieran terminar reflexionando sobre ella varios días. Cualquier fanático de Kubrick.
Quiénes no deben verla: quienes se aburran fácilmente, ya que es bastante abstracta, aunque esto no le quita ningún mérito. Es, justamente, el punto.
Puntajes: IMDB - 8.3 de 10; Rotten Tomatoes - 93%; Filmaffinity - 7.8 de 10
La serie de la semana
Firefly
Acá se quedaron afuera Battlestar Galactica, Star Trek, Babylon 5, Perdidos en el espacio (la original y la renovación fantástica de Netflix)... ¡Hasta Alf! De nuevo, el espacio exterior es un tema muy prolífico del que no sabemos nada e inspira a muchos.
Firefly es considerada una de las mejores representantes del género sci-fi, una serie de culto y de una gran originalidad. Todo esto, en tan solo 14 capítulos de una serie cancelada que jamás terminó. Por suerte, le dan un cierre en una excelente película, una de las pocas fieles a su origen: Serenity, dirigida por el mismo director, Joss Whedon (¿les suena? El mismo creador de Buffy la cazavampiros y de Angels).
Con un trasfondo muy similar al lejano oeste (sí, leyeron bien, no nos estamos confundiendo de serie), 500 años en el futuro, los humanos han colonizado una nueva zona del espacio. Quienes rigen esta colonia son los miembros de la Alianza, una organización con un amplio poder sobre los nuevos asentamientos.
La Alianza aprovecha los planetas prósperos, pero los pequeños, abandonados y con pocos recursos son dejados atrás. En uno de ellos, se encuentra la nave Serenity: el deseo de sus tripulantes es quedar lejos del control de la Alianza.
No se puede decir mucho más sin spoilers, ya que la serie es muy corta. Solo se puede decir que, luego de 14 capítulos de 45 minutos, se hizo completamente memorable. Mejor mirarla y sacarse las dudas.
Recomendada para: adultos y jóvenes.
Quiénes deben verla: fanáticos de la ciencia ficción y quienes deseen ver algo breve.
Quiénes no deben verla: personas que quieran una serie que dure hasta el final del aislamiento.
Puntajes: IMDB - 9 de 10; Rotten Tomatoes - 97%; Filmaffinity - 7.9 de 10
El libro de la semana
Crónicas marcianas - Ray Bradbury
Otra vez dejamos afuera a maestros como Asimov, Arthur C. Clarke, Philip Dick, H. G. Wells, Frank Herbert (íbamos a recomendar Dune, pero, sobre el final, terminan siendo seis libros y quizá es mucho para leer, aunque absolutamente épico). Elegimos a Bradbury, cuya serie de historias sobre la colonización de Marte es insuperable.
La primera parte, que transcurre entre los años 1999 y 2000 (parece que el 2000 era el momento en que todo cambiaría para los escritores de otras épocas), muestra a los humanos intentando llegar al planeta rojo y a los marcianos intentando expulsarlos. En una de las expediciones, al llegar, encuentran a muy pocos marcianos restantes: una plaga causada por los humanos los ha eliminado.
Esto lleva a la segunda parte, donde los humanos colonizan, finalmente, el planeta: lo quieren convertir en la segunda Tierra, en lugar de empezar de cero. Quedan unos pocos marcianos, que apenas logran subsistir. En la Tierra, sin embargo, se desata una guerra que obliga a los colonizadores a volver a su planeta original.
La tercera parte comienza luego de la catástrofe: una guerra nuclear mundial desoló la Tierra y los pocos humanos que quedaron en Marte serán, ahora, los nuevos marcianos. Se cumple un ciclo y el libro vuelve al principio.
Las historias están completamente entrelazadas entre sí, pero cada una muestra una particularidad, en sus protagonistas y cada una de sus odiseas: como nuestro favorito personal, Benjamin Driscoll, el protagonista de La mañana verde, que se dedica, en su objetivo de mil maneras interpretado por los lectores, a plantar árboles en el planeta rojo. ¿Es ingenuo o un visionario? Habrá que leer para opinar.
-Entretanto, esta será su tarea -dijo el coordinador-. Le entregaremos todas nuestras semillas; no son muchas. No sobra espacio en los cohetes por ahora. Además, estas primeras ciudades son colectividades mineras, y me temo que sus plantaciones no contarán con muchas simpatías.-¿Pero me dejarán trabajar?Lo dejaron. En una simple motocicleta, con la caja llena de semillas y retoños, llegó a este valle solitario, y echó pie a tierra.
Recomendado para: jóvenes y adultos, aunque también pueden leerlo los niños, con supervisión (hay un asesinato y algunos sucesos complejos de explicar).
Quiénes deben evitarlo: no tiene restricciones, pero la temática es siempre Marte, así que no le gustará a quienes no tengan interés en estos temas.
Quiénes deben leerlo: quienes quieran leer la mejor ciencia ficción, en un libro breve.
Puntaje: Goodreads - 4.14 de 5