Tenemos que hacer algo diferente. En Bariloche, El Bolsón, Trelew, Puerto Madryn y Comodoro Rivadavia, ya se han detectado varios casos de Covid-19.
El inicio fue siempre, como no puede ser de otra manera, por el ingreso de alguna persona portadora del virus a la comunidad. Por barco, por tierra o en un avión, siempre hubo alguien que ingresó el virus.
Y una vez que ingresa es difícil contenerlo: basta con ver lo que ha pasado en las ciudades mencionadas anteriormente.
Cuando se decretó la cuarentena, había muchos esquelenses que estaban fuera de la ciudad, pero ahora han pasado casi 3 meses. Quienes necesitaban volver ya tuvieron tiempo para hacerlo y lo han hecho.
En estos días, hemos visto una apertura en nuestra ciudad, que ha sido bienvenida por todos, exhaustos por un aislamiento social impuesto prematuramente, que igualaba la situación de nuestra ciudad a la de los grandes conglomerados urbanos.
Sabemos que volver al aislamiento social estricto -aún siendo el mal menor- provocará un daño enorme: no se puede circular y se restringen las actividades a lo esencial, por lo que la economía cae, se aleja la posibilidad de que nuestros hijos vuelvan a clases y quien vive día a día de su trabajo, sin un sueldo, no puede ganarse el sustento para él o su familia.
Si no hacemos nada, o si hacemos lo mismo que han hecho otras ciudades, más temprano que tarde vamos a estar en una situación similar y, como única solución, volverán, en mayor o menor medida, el aislamiento o las restricciones que ya conocemos.
Por la situación geográfica de Esquel, no hay acceso por agua. Tampoco existen vuelos comerciales, porque están suspendidos por el gobierno nacional. Accesos terrestres solo hay 2: el de la portada de la ruta 259, desde el empalme con la ruta 40, o desde Trevelin.
Cerremos los accesos y que nadie entre a la ciudad, salvo prueba para la detección de Covid-19 con resultado negativo y aislamiento estricto, por el tiempo que sea necesario para descartar el caso.
Quien ingrese y pueda pagar el test, debería pagarlo, para permitir la reposición, porque los testeos deberían hacerse acá en nuestra ciudad y el aislamiento debería realizarse en un lugar que asegure su cumplimiento. Quizá, en algunos casos, en un hotel u otro lugar acondicionado.
Esto nos daría la tranquilidad de que, si el virus no llego aún, no va a llegar.
Luego, quedaría el tema de ver cuál es la situación real de Esquel en relación al virus:
Todas las ciudades esperaron a tener casos para iniciar testeos en la comunidad. Cuando se ha detectado un caso, se inician los testeos y se detectan muchos más. Esto es porque hay personas asintomáticas o presintomáticas, que igualmente contagiarían el virus.
Seguramente también está el caso de quien tiene algún síntoma compatible con Covid-19, como un poco de fiebre o dolor de garganta, pero que prefiere cuidarse en casa, acostarse, tomar algún remedio casero o de venta libre y ver qué pasa. Salvo que se agrave, es probable que no vaya al médico, porque no va a exponerse (y a su familia) a todo el protocolo de aislamiento si realmente no ve la gravedad.
Este grupo se suma al primero, de modo que se agranda la posibilidad que haya personas transmitiendo el virus sin que nadie sepa.
Hagamos testeos en la comunidad: no nos limitemos solo a los casos sospechosos. Así, si hay casos, los encontramos antes y podemos aislarlos para que no sigan contagiando. Esto también permitirá dar apoyo, en forma temprana, a quien tuvo la desgracia de enfermarse, para que, en lo posible, no se agrave y se cure.
Los tests están disponibles, pueden comprarse y tardarían unos 10 días en llegar.
El test rápido cuesta 270 dólares, aproximadamente $16.000 pesos más IVA, por caja de 25 determinaciones. La prueba por PCR cuesta aproximadamente $107.000 pesos por 48 determinaciones y el resultado tarda 48 horas.
Si el sistema de salud pública o el municipio no pueden pagarlos, probablemente la comunidad lo hará voluntariamente, como tantas veces en las que ha aportado para causas nobles.
Seguramente estas ideas pueden mejorarse: puede incluirse la ciudad de Trevelin, por ejemplo, con la que nos unen profundos vínculos comerciales, sociales y de amistad. También podríamos hacer otra cosa. De lo que sí debemos estar seguros es de que, para que no nos pase lo mismo, algo distinto hay que hacer.