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02 de Agosto de 2021
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Día del Trabajador Gastronómico: Homenaje a Checho Soto, quien tuvo "Ku Kú"

"KU KÚ" fue una reconocida confitería de los años 70 en Esquel. Checho Soto, quien fue dueño de la misma, recordó algunas anécdotas y mostró las famosas máquinas que sigue utilizando hasta el día de hoy para cocinar.

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"KU KÚ" fue un local muy reconocido en los años 70, ubicado en la Calle Rivadavia, en pleno centro de Esquel.

 

José Luis Bueri fue quien lo creó, y en diálogo con su esposa, Nora Morgan, lo recordó y explicó que fue inaugurado exactamente en el año 1970.

 

"El nombre se dio porque José tenía un reloj kukú, y fue lo primero que se le vino a la mente", comenzó explicando Nora, recordando una etapa de su vida.

 

Ese famoso lugar fue el primero que trajo las hamburguesas en la ciudad de Esquel, porque para esa época no eran muy conocidas, a excepción de quienes viajaban.

 

 

"Viajó a Buenos Aires y observó que allá eran furor. Vino acá, con la idea de hacer una sandwichería, y los panaderos no conocían el pan de hamburguesa"

 

 

Para ese entonces, el lugar se llenaba de gente. Nora destacó que fue gracias al auge de la represa Futaleufú. 

 

 

“En la noche se movía una gran cantidad de gente. Estaba Ku Kú, al lado la tía negra y a la vuelta barbas y bigotes: Todos trabajaban y tenían su público", destacó.

 

 

La rutina era ir al cine, salían a comerse un sándwich en Ku Kú, después a Kapañuma, y así, durante años.

 

José Luis empezó a trabajar solo, después se puso de novio con Nora, quien estudiaba y trabajaba a la vez.  

 

Había gente habitué en esos primeros años, como los trabajadores de agua y energía, entre ellos Mario Rossi.

 

Ventas

 

 

"Vendíamos lomitos, sándwiches, hamburguesas, de todo"

 

Los fines de semana estábamos abiertos hasta las seis de la mañana, y se llenaba de gente.

 

 

“Era un Esquel distinto. Había movimiento, gente, y todos estaban contentos. Fue una linda época”

 

 

Sergio “Checho” Soto fue la persona que le dio otra impronta al lugar, y marcó una época importante para algunas generaciones.

 

- ¿Cómo llegaste a Ku Kú?

 

El auge en su momento, era Kapañuma, que estaba al lado. Era una cuadra infernal...

 

 

"Yo compré Ku Kú en abril del año 1978, cuando terminé de trabajar en la obra de la represa.. Tenía 27 años"

 

 

Me fui a Mendoza, y decidí quedarme en Esquel, mis raíces. Estuvimos hasta el año 1982, cuatro años excelentes.

 

-¿Qué comidas cocinaban?

 

Era todo sandwichería. Hacíamos hamburguesas, lomos, tortugas, pizzetas.

 

La fama de las tortugas y mayonesa

 

Hoy en día sigo haciendo la mayonesa de la que tanto hablan.. En su momento cada cliente tenía su comida: lomo, tortuga, hamburguesa: los veía y ya sabía que querían.

 

 

"¡No te olvidés de la mayonesa!, se escuchaba constantemente"

 

 

-¿Cómo era la rutina en un día normal?

 

Un viernes a la noche vendíamos 100 hamburguesas. Hoy por hoy es una cosa de locos…

 

Eran números normales. El pan los pedía en la panadería “la juventud”, y nos estoqueaban durante todo el fin de semana.

 

¿El sábado? infernal. Mi carnicero era Jorge Roberts, tenía la carnicería “la ganadera”, en Molinari y 9 de julio.

 

 

"Lo tenía que ver el domingo para que me pique carne, ya que me quedaba sin hamburguesas"

 

 

“No se cambió el nombre”, el que abrió el boliche fue José Luis Bueri. Yo decidí mantener el nombre, al contrario, si le cambiabas el nombre la gente se iba a enojar, ya estaba acostumbrada a su rutina: cine, kukú, kapañuma, y así…

 

Abríamos todos los días, desde las 10 de la mañana hasta las 7, 8. ¿Los fines de semana? ¡A veces hasta las nueve!...

 

Eran tiempos distintos. En esa época con 18,20 años trabajábamos, vivíamos con nuestro sueldo, te casabas, formabas familia... Teníamos todos la misma edad, con las mismas responsabilidades. 

 

 

"Ya guardabas la plata para ir al cine, kapañuma, y a kukú"

 

 

-¿Quiénes eran los clientes frecuentes?

 

 El que nos daba una mano infernal, fue el gallego González. Los sábados se instalaba con nosotros, yo atendía adelante, y Susana y el gallego hacían las hamburguesas.

 

 

"Yo hacía la mayonesa, algo que no podía faltar"

 

 

Actualmente tengo clientes nuevos, y me da risa porque me siguen diciendo: ¡Te olvidaste la mayonesa! . Es algo que no puede faltar. No te vayas a olvidar la mayonesa…

 

-¿Hay una fórmula secreta?

 

 

“Tiene un secreto, como todo. Al principio rompía una cantidad de licuadoras, el motorcito no te duraba por la gran cantidad de mayonesa que preparaba"

 

 

Compré una que me trajeron, una semi industrial, y la tengo hace doce años intacta.

 

- ¿Cómo era la noche esquelense?

 

Te sentías protegido. Siempre había un policía a mano, en esa época donde había un solo vehículo …

 

 

"Las peleas no eran como ahora. Antes peleábamos con uno y eran puras piñas, ahora son todos cowboy"

 

En esa época, del 78 al 82, habían muchas Whiskerías.

 

- El ambiente del lugar

 

Era todo revestido en madera, todo de machimbre. Al lado vivía una señora grande, De Benavídez.

 

 

"Todos los días nos golpeaba la pared, y desde Ku kú también tocaban la pared, era una joda que estaba asumida"

 

 

Se vivían tiempos muy tranquilos y nos reíamos mucho. Cantábamos, nos juntábamos...

 

 

“Horacio del Blanco se ponía a cantar y Gustavo tocaba la guitarra. Se armaban una fiesta... era una vez cada tanto"

 

 

El ambiente era muy familiar. Tenía 15 mesas para dos personas, pero en la del medio podías entrar hasta cuatro personas. Era bastante chico pero te conocías con todos, entraba alguien y ya lo saludabas. 

 

La calefacción era una estufa en cada punta ...

 

 

¡Un olor a kerosene había que no te imaginabas!

 

 

Pero era normal, en las casas ese olor era común. 

 

 

"Fueron tiempos muy lindos y por suerte hoy en día sigo haciendo todas mis especialidades"

 

 

Las máquinas de Checho donde realizaba las famosas comidas en KU KÚ, intactas:

 

 

 

Gracias Checho por aportar en Esquel la mejor gastronomía, y también por el esfuerzo que hiciste año a año.

 

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