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11 de Septiembre de 2021
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Darío Bujer, el agenciero de los mejores premios que supo salir de una profunda quiebra

Sus comienzos con un kiosco. La crisis profunda de un canal de cable y el éxito de la agencia de Lotería. Como la define él: La Perinola.

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Por Karim Ch. Camba

 

Es una tarde de trabajo. De esas lindas en las que nos toca hacer grandes reportajes. Aquellos que tienen una buena historia para contar. Por supuesto que la historia no es toda buena, tiene su parte linda y su parte fea. Como todo lo que pasa en la vida. Es una tarde de martes, vamos con cámara y micrófono a la esquina de Rivadavia y Fontana en Esquel. Miramos por la venta y no lo vemos. Justo llega por la esquina y nos recibe -en pandemia- con un saludo de puño. Es Darío Bujer, el agenciero que más conocemos, porque siempre ahí se entrega algún premio de Lotería del Chubut.

 

Darío, comerciante de una larga experiencia en nuestra ciudad, nos hace pasar del otro lado del mostrador. Nos sentamos y comenzamos a hablar de su historia. Arrancó con un kiosco, tuvo un canal de cable que quebró y perdió todo. Hasta tuvo que vivir en una casa prestada porque había perdido la suya. 

 

 

El Kiosco de la Plazoleta

 

 

 

"A fines del año 78, en noviembre, nos hicimos cargo de un kiosco municipal que nos fue adjudicado. Comercialmente, arrancamos ahí. Yo era empelado del Banco Patagónico que, por esos tiempos, estaba teniendo serios problemas financieros. Años después, lo mandó a la quiebra. Una situación rara de aquellos momentos de la economía. Yo ya tenía un kiosquito que por lo menos vivía de eso. Nos fue bien, trabajamos muchísimo y había muchas satisfacciones. Eran épocas muy lindas. La obra Futaleufú nos trajo a los comerciantes una situación económica muy interesante por las ventas que había en absolutamente todos los rubros", recuerda.

 

"Supimos aprovechar esos años de bonanza económica para expandirnos y empezar a crecer. Siempre estuve acompañado de mi señora, Betty. Crecimos con los vaivenes de la economía de este bendito país, con altibajos, pero siempre poniendo nuestro sacrificio al servicio de nuestra economía. Mal no nos fue".

 

 

El canal de cable y la quiebra

 

El momento más duro para Darío y Betty. Esto es solo un adelanto...

 

"En un momento dado, ya crecía bastante que pusimos un canal de cable que marcó un derrumbe en nuestra economía. Derrumbe bravo, duro. No obstante ello, lo superamos después de muchos años. Fue un traspié gigante y volvimos a vivir. No fue fácil porque es una situación por demás complicada. No le deseo ese mal a nadie. Uno ve estos últimos años de pandemia, cuántas empresas se han ido al precipicio, ha quedado gente sin laburo. Creo que esto es peor a la situación que yo viví. Lo que yo viví me permitió revancha, el pueblo de Esquel fue maravilloso porque las cosas que emprendí luego me siguió yendo bien. Salvo ese negocio que fue durísimo. No me puedo quejar del pueblo de Esquel, todo lo contrario. Eternamente agradecido. Seguramente aquí moriré porque esta es mi tierra y este lugar es un encanto de vida en todo aspecto", expresa Darío con cierta angustia al recordar aquel fatídico momento. Pronto agregará más.

 

 

Inicio de la agencia

 

"La agencia arrancó en el 82. Nos presentamos a otra licitación pública del gobierno militar de Ayerra. Fueron las primeras licitaciones de agencias de Lotería en la Provincia del Chubut. A partir de ahí, me hice agenciero de loterías y afines. Mantuve este rubro y dejé todo el resto. Tenía la concesión de la Terminal de Ómnibus, la sala de Bingo de Esquel. En esta esquina alquilaba tres locales más donde teníamos una librería, papelería escolar, comercial. Trabajamos en ese momento con las mejores fotocopiadoras del mercado. Cuando quebré tuve que salir a vender todos mis activos, mis cosas para poder salir del atolladero y me quedé solo con la Lotería. Con eso vivimos, crecimos y hemos podido ver crecer a mis hijas. De vuelta a la vida", cuenta. Siempre con el recuerdo del mal trago de los años anteriores.

 

 

Entregas de premios

 

 

 

"Hemos tenido premios muy importantes, innumerables que yo no me acuerdo ninguno en particular, pero me acuerdo de algunas anécdotas. Por ejemplo, de gente que se sacaba un premio. Hay gente que me ha ido a despertar a las 3 de la mañana a mi casa para ver si se había sacado el premio. O me llevaban una botella de Champagne o una sidrita. Se acercaban a mi casa para alegrar todo. Esas son cosas maravillosas porque un premio a algunos los salva, a otros los acomoda un poco. A otros les sirve para un viaje, agrandar la casa. El premio trae consigo muchas de este tipo de cosas. No hay nada mejor que entregar un premio, por más chico que sea. Un premio uno dice 'ah, es una línea de 10 mil pesos' pero uno no sabe en cada familia lo que son 10 lucas".

 

¿Cuándo fue el boom del Telebingo? Darío indica: "Arrancamos bien con el bingo, porque era en esa época con un desempleo tan grande como el de ahora. El gobernador Lizurume implanta el juego con el fin de que los agencieros le demos cartones a la gente desempleada. Con ese argumento se inaugura el juego Bingo, en la época de José Luis Lizurume. Algunos gobernadores lo fueron mejorando, otros lo atrasaron un poquito pero fue muy aceptado el juego en Chubut porque generamos una expectativa en la que las familias jugaban durante una hora un domingo, en una zona patagónica donde no hay mucho por hacer en invierno.

 

Pero no todo es en Esquel. "Es muy aceptado, la gente lo busca especialmente en los parajes vecinos. Tenemos una clientela fenomenal en Tecka, Paso de indios, Paso del Sapo, Gualjaina, Atilio Viglione, Carrenleufú. Mandamos un sobre con cartones y nunca nos vuelven. Siempre se venden, se venden y se venden. Vos sentís que el juego es familiar y lo comparten todos. Gente joven y gente mayor".

 

 

La suerte

 

O también podemos llamarlos "suertudos", a aquellos que juegan por primera vez -o muy pocas veces- y se llevan un premio. Imaginate a vos, leyendo esto, si te digo "andá a jugar por primera vez al Quini 6 que te vas a ganar 500 lucas". Seguramente no me harías caso, pero pasó. En serio:

 

"Hace poco vendimos un Quini 6 muy lindo y muy importante en el monto de una señora que pasaba por enfrente. Entró, le dijo a mis secretarias que nunca había jugado nada y se llevó un Quini 6, a los dos días vino a cobrar 500 lucas. Nunca había jugado ni una perinola. De esos hay mucha gente, que nunca jugó, patentó su autito, vino a jugar y le clavó el número en la Quiniela. Eso es muy común", comenta Bujer por una situación que parece rara, pero aparentemente sucede seguido.

 

 

Los clientes

 

"Tengo clientes de 25 años que juegan todas las semanas. Lejos de ser adictos, juegan 100 pesos o 200 por semana y hacen su jugada. Tengo una gran clientela que la hemos valorado en todos los aspectos desde hace 38 años. La hemos valorado en el sentido de que pasan vaivenes de todo tipo, nosotros, ellos, la economía y los tenemos siempre de clientes. Hemos sentido mucho la ausencia de muchos clientes que hemos perdido por el COVID. Grande clientes y amigos, hemos soltado varias lágrimas por clientes de toda la vida".

 

Y Darío recuerda a uno en particular, víctima de la pandemia: "Uno de los clientes que ya no está más con nosotros, cuando lo llevaban gravemente al hospital le dijo a los hijos 'ojo que le debo unas jugaditas a Darío' y cuando estaba en terapia los hijos vinieron a pagar. 'No, no, cuando se levante que venga él. Si hablan con él, que se deje de joder'. A los 20 días vinieron otra vez: 'Papá nos encargó que no dejáramos de pasar'. 'No, de ninguna manera te voy a aceptar el pago. Es más, si necesitás algo de acá estoy acá disponible'. El tipo se murió, me vinieron a avisar los hijos y después de unos días me vinieron a pagar. 'Papá nos pidió y vinimos a honrar lo que él quería'.

 

 

La pandemia en cuanto a lo comercial

 

"Estos dos últimos años han sido bravos en todo aspecto. Cuando empezó la pandemia, estuvimos 2 meses cerrados y tuvimos que honrar los costos, el empleado no tiene la culpa de que no haya trabajo. Tuvimos que pagar sueldos, alquileres, todo. Fue duro. En esa época también me entraron a robar a mi casa y fue todo para atrás. Tenía una operación con un oculista que la tuve que suspender. Fueron todas cosas malas y aún hoy estamos soñando con que esto pase rápido. Esperanzados, tal vez. Que volvamos a una situación normal, donde todo el pueblo argentino pueda crecer, puedan tener laburo los chicos. Anhelando solamente eso, que a esta provincia le vaya bien a pesar de todo. Es nuestro sueño", anhela.

 

 

Y así como pasan clientes, pasaron empleados. Y muchos...

 

"Llegué a tener 80 empleados en Esquel con el canal, la sala de bingo, este negocio. Tengo grandes recuerdos de mis empleados. Hoy los veo grandes como yo y nos damos un abrazo, nos hablamos siempre. Gracias a Dios estamos en un pueblo chico y nos vemos cotidianamente. Tuve excelentes personas trabajando conmigo, excelentes empleados. Nada puedo decir negativamente, todo lo contrario. Personas que me ayudaron a crecer, a cuidar su trabajo, el interés de todo, mantener la fuente laborar trabajando bien. Nunca tuve problemas. Realmente, no sé si es una parte mía que al arrancar explico lo que es el laburo este: cómo tratar al cliente, las obligaciones, sus derechos. Justamente, en casi 40 años muy pocas veces tuve que echar a un empleado, creo que nunca eché. No recuerdo. Tuve la vicisitud del canal que cuando quebramos quedó gente en la calle, pero fue una situación especial y no deseada. Fue fatal para todos, inclusive para el que te habla que tuve que pagar todas las indemnizaciones que hubo. Fueron 40 empleados, no fue fácil. 

 

 

Los premios salen de la Agencia 7001, ¿Por qué?

 

 

 

Como explicaba al principio de esta nota, siempre nos acercamos a Fontana y Rivadavia porque hay entrega de premios. Darío explica que: "El tema de los premios es muy sencillo. Es una forma proporcional a la venta de cada ciudad. En Comodoro el que vende muchos cartones es Harris. En Trelew y Madryn es la señora Cuenca y en esta zona, más o menos, lideramos la venta. Los premios salen en Harris, Cuenca o en nuestra agencia. El 85% de la venta total está dado en estas tres agencias de Lotería. Nada más. La proporción te da la cantidad de premios, es así. Por ahí surge algún cartón de otra agencia porque es azar, pero esencialmente es la proporción la que te da la chance de tener premio.

 

 

¿Quién es Darío Bujer?

 

Quizá una tarea muy fácil para algunos y difícil para otros: autodefinirse. Darío elige hablar de trabajo, como estilo de vida.

 

"Soy un fanático del laburo. Te apuesto que si venís el domingo que es feriado a las 8 de la mañana me vas a ver trabajando. Por eso salí de un pozo gigante porque esa quiebra en el canal me arrasó mis pertenencias. Perdí un campo muy lindo, mi casa, 15 departamentos, autos y quedándome en la vía. Me salvó algún amigo que me prestó una casa y bueno, se sale. Yo creí mucho en mi laburo, en la fe de que salía, la fe de criar a mis hijas bien. Sin ninguna riqueza, sino con un buen alimento y una vivienda que me prestó una amigo y salimos. Creo no tener enemigos, todo lo contrario. Hubo gente que me hizo muy mal, pero no siento odio. No me domina el odio, todo lo contrario, siempre perdono a la gente que me ha hecho mal. La vida la tomé después de quebrar en simpleza, porque yo nunca perseguí el lucro como el centro de mi vida. Siempre busqué la expansión comercial con el fin de generar riqueza, empleo, de que avancemos y si bien yo quebré, la satisfacción que tengo es que tengo amigos en varios rubros. 

 

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