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08 de Enero de 2022
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Rocío Paleari

Querido Papa Francisco: egoísta es encubrir a pedófilos

Egoísta es traer hijos a un mundo incendiado; hacer que las mujeres mueran en abortos clandestinos; negar que el amor tiene muchas formas, incluso las de dos personas del mismo que sexo. Sobre todo, es encubrir y defender a curas pedófilos.

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Querido Papa Francisco:

 

Te sigo desde Cemento. Te iba a ver a los Corpus Christi en la Catedral de Buenos Aires, cuando vociferabas frente a los jóvenes: “¿Bajo qué leyes quieren vivir? ¿Bajo las de Dios o bajo las del demonio?”. Cuando decías demonio señalabas con entusiasmo en la dirección del Congreso Nacional. Estabas de malas con la entonces presidenta. Ella se ausentaba del Tedeum, vos agitabas a los jóvenes. Me llevó un tiempo darme cuenta que el catolicismo no era para mi. A quienes fuimos educados en el catolicismo nos enseñaron que Dios nos ama tanto que nos dió el libre albedrío. El libre albedrío es básicamente la potencia que tenemos las personas de vivir libremente. Me bajé después de reunirme con un grupo misionero un domingo de Adviento, ese día leímos Lucas 1: 26-38. En el Anuncio del Nacimiento de Jesús, al ser visitada por el ángel, la Virgen María respondía: “Yo soy la servidora del señor, que se cumpla en mí lo que has dicho”. Ese domingo, esa lectura que había escuchado tantas otras veces esperando el nacimiento de Cristo resonó en mí de otra manera.

 

 

Por primera vez, en 21 años, noté lo que la Iglesia con mayúsculas se encargó de minimizar: el ángel Gabriel esperó la respuesta de María. Y resulta que lo que parecía ingenuo y azaroso no lo era. Sentí mi cuerpo escurrirse en el banco de la cripta. Si el ángel Gabriel esperó la réplica de María significa que ella podía negarse. Que existiera la posibilidad de una respuesta negativa significa que María tenía la posibilidad de elegir.  Ese día me di cuenta que nuestra religión se basa en 2022 años de libre albedrío interpretado pura y exclusivamente por el género masculino. Y en esa interpretación, muy accidentalmente, se les escapa el libre albedrío que Dios le dio a su más fiel servidora: la Virgen. Ese día terminé de escurrirme en mi banco y no volví más.

 

 

Querido Papa Francisco, elijo compartirte está anécdota porque hace muy poco trataste de egoístas a las personas que no tienen hijos. Son muchas las razones por las que podemos elegir no maternar o paternar. Probablemente muchas sean parecidas a las que podría haber llegado a tener la Virgen María. Otras, por una cuestión cultural y temporal serán muy distintas. En definitiva, si vivimos bajo el concepto del libre albedrío la vida se trata de elegir. Elegir no nos hace ser egoístas per se. Lo que nos convierte en egoístas es la intención con la que hacemos las cosas. Entonces, se me ocurren muchas otras formas de ser egoísta.

 

 

Egoísta es traer hijos a un mundo incendiado. Egoísta es traer hijos a un mundo donde no cuidamos el medio ambiente en el que van a crecer y van a convertirse en adultos. Egoísta es hacer que las mujeres mueran en abortos clandestinos. Egoísta es negar que el amor tiene muchas formas, incluso las de dos personas del mismo que sexo. Egoísta es una institución con una fortuna enorme pero que predica la caridad entre sus fieles. Egoísta es cobrar un sueldo subsidiado por el estado por dedicarte "a la fe", cuando vivís en un país lleno de niños pobres. Pero, sobre todo, egoísta es encubrir y defender a curas pedófilos. Además, personalmente, no solo me parece egoísta sino también un toque de fariseo está cosa de mandar a otros a tener los hijos que vos elegiste no tener cuando te ordenaste como sacerdote.

 

 

Querido Papa Francisco, todo lo anterior me resulta completa y profundamente egoísta porque no son acciones basadas en el amor por el prójimo. Son acciones basadas en el amor por el poder.

 

 

Querido Papa Francisco, te escribo está carta desde el amor. Escribo está carta porque creo firmemente que la fe es muy poderosa, pero cuando se usa para cuestiones egoístas como sostener un poder que no nos corresponde: el del dedito acusador, el que usamos para tachar de egoístas a otras personas cuando sabemos que no estamos libres de pecado, que no podemos arrojar la primera piedra. Pero, no desesperes. En esta carta también hay un mensaje esperanzador. Estoy segura que Dios te ama a vos, que sos tan egoísta como para no tener hijos en el nombre de Dios pero si exigírselos a tus fieles, como a mi que solo tengo un bamboo que se riega una vez cada quince días. Estoy segura porque Dios decidió darte el libre albedrío porque te ama, como también me lo dio a mi que soy mujer, como también se lo dio a la Virgen María su más fiel servidora.

 

 

Sin nada más que agregar,

 

Te saluda

 

 

Rocío Belén Paleari.

 

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