RED43 red43-canal Especiales RED43 29 de Enero de 2023 29 de Enero de 2023 red43-canal | Hace 2 meses - Por Redacción Red43 RED43 Canal Alma, corazón y orgullo al servicio del Viejo Expreso Patagónico Entre el murmullo de la gente y el silbido característico de La Trochita, charlamos con Luis Ricardo Ponce, quien hace 43 años se encuentra en El Maitén como jefe de taller. Una vida dedicada con orgullo al mantenimiento del tren. Por Redacción Red43 Escuchar esta nota A+ A- -Por Lelia Castro- En 1917, llega el tren a Ingeniero Jacobacci -un pueblo ubicado al sur de la provincia de Río Negro- y en 1922 se comienzan los trabajos para unir este trazado con la ciudad de Esquel, un trabajo que duró más de veinte años sin la ayuda de maquinarias, sólo con el trabajo y el esfuerzo humano, con las inclemencias de las duras condiciones climáticas y los vaivenes económicos nacionales e internacionales. Un gran esfuerzo que en 1941 llegó hasta El Maitén y en 1945 a la ciudad de Esquel. “Inviernos crudos hemos tenido en el ’84, cuando era Ferrocarriles Argentinos, tuvimos que ir a sacar nieve a las vías porque no podía pasar el tren desde Jacobacci hasta Esquel. Entonces se hacían grupos para poder colaborar con la gente que trabajaba en la vía, nosotros acá trabajando en el taller teníamos que colaborar con la gente que estaba trabajando en las vías. Inviernos crudos, crudos”. En sus comienzos pertenecía a Trenes Argentinos y su función era de transporte de carga, pero con el tiempo comenzó a unir a los pueblos llevando también pasajeros de la región. Se convirtió en un tren turístico a partir de que se vuelva a abrir el ramal que une El Maitén con Ñorquinco, ya que para ese entonces debido a las mejoras en los caminos la gente comenzó a viajar en automóvil o colectivo, dejando obsoleto al tren. En ese momento comienza a convertirse en un atractivo turístico que va creciendo día a día. El Viejo Expreso Patagónico reúne características que lo hacen único en el mundo: conjuga paisajes inigualables, una historia de cien años, sus vagones intactos desde esa época, los aromas, los ruidos, el silbato de la locomotora… todo lleva a un viaje a través del tiempo que queda grabado en las retinas y los corazones de quienes realizan el recorrido. “Nosotros los que estamos trabajando, éramos varios compañeros que algunos están trabajando de vuelta y otros no, pero nos cayó re mal que llegue un telegrama y que te digan que se cierra el ramal y tenerte que ir para tu casa. Y bueno, menos mal que la provincia agarró esto dos meses después para hacerlo con fines turísticos y pudimos ingresar de vuelta, pero la minoría de los trabajadores, no todos. Con el aval de que esto siga funcionando, pero turísticamente”. Cuando el ramal se cerró, mucha gente quedó aislada, muchos pueblos subsistían gracias al tren, ya que viajaban en él o trasladaban mercaderías y animales, el tren era todo para ellos. En invierno era el único medio de transporte con el que contaban. “La gente lo esperaba: iba a la estación, ya sabía a la hora que llegaba, iban todos a esperar al tren a la estación. Así, cuando pasábamos por todos los pueblitos, se veía la gente que cuando se escuchaba el silbato del tren, se acercaba a la estación. Era una forma también de distraerse un poco, de ver llegar el tren a la estación”. Casi a mitad del recorrido del Viejo Expreso Patagónico se encuentran los talleres principales, donde de forma artesanal arreglan y mantienen toda la maquinaria del tren, conservando las marcas de la época de esplendor de los Ferrocarriles Argentinos, algo que marca en cuerpo y alma a los trabajadores y sus familias, convirtiendo en ese momento a El Maitén en una comunidad de ferroviarios. Ricardo nos cuenta que nació en Jacobacci, pero como su padre era ferroviario, fue trasladado al El Maitén y se radicaron allí. En el año ’79 tuvo la oportunidad de entrar al ferrocarril y desde ese entonces que trabaja en los talleres. “Siempre trabajé acá: ingresé como ayudante y después rotando en todas las secciones, que venían instructores de nación y nos daban los cursos, nosotros aprendimos de los ferroviarios que estaban en ese tiempo, que eran los más antiguos que estaban. Aprendimos el oficio del ferroviario. Desde entonces, nosotros partimos con esta carrera y llegamos a lo que somos hoy”. Muchos de los operarios “ingresaban como aprendices y cumplían su capacitación con los estándares de la mítica Ferrocarriles Argentinos. Eran los tiempos en que el Reglamento Técnico era una biblia que regía la vida y el trabajo de miles de técnicos del ferrocarril en todo el país”. Hoy por hoy, son cuatro los compañeros que quedan de aquella época ya que la mayoría ya se han jubilado, ponen todo su esfuerzo para que salga adelante de la mejor manera posible, instruyendo a los más jóvenes para que continúen con el legado. “Yo tenía 20 años cuando entré a trabajar al ferrocarril, entré un 1° de octubre de 1979. De ahí inicié, dentro de lo que es el ferrocarril, rotando por todas las secciones y aprendiendo todo lo que es esto, que uno se siente orgulloso de ser ferroviario. En mi caso, yo me siento orgulloso de ser ferroviario, mi familia fue ferroviaria: mis padres, mis hermanos también trabajaron en el ferrocarril, y hoy quedo yo”. Tanto él como sus compañeros se sienten muy orgullosos de ser ferroviarios, poniendo sentimiento y corazón en todo lo que hacen. Ponce hoy en día es el jefe de los talleres y fue habilitado como “docente” para dar talleres e instruir a los más jóvenes para seguir manteniendo y reparando a La Trochita de forma artesanal, tal como se viene haciendo desde sus comienzos. “Es un sentimiento, lo que pasa es que nosotros como venimos de familia ferroviaria esto lo sentimos de corazón, siempre tratamos de que siempre sea lo mejor. En lo posible, que cuando uno se jubile esto siga funcionando, por ese motivo es que nosotros tenemos el compromiso hoy los que somos más veteranos en esto, de que los chicos más jóvenes que hoy están contratados sigan la carrera del ferroviario, para que la trocha no se pierda, que siga funcionando por el tiempo que sea. Pero que no se pierda por causa de que no hay cómo repararla y esas cosas, y bueno, nosotros tratamos de inculcarle todo eso a los jóvenes”. En lo personal, él formó su familia y dice que con su señora siempre están unidos para todo, sus hijos ya son grandes, estudiaron e hicieron su vida. Tiene tres nietos a los que siempre visitan el taller y se sienten orgullosos de tener un abuelo que trabaja en La Trochita, ya que es reconocida en todo el mundo, “entonces ellos también sienten y desde chicos ya saben lo que es la trocha y todo lo que significa para nosotros”. El taller que se encuentra en El Maitén es el único en la provincia que está equipado con toda la maquinaria para la reparación de la locomotora y demás. “Se está reparando un vagón, siempre se repararon vagones acá, pero hoy tenemos uno reparando, que va a ser un vagón para discapacitados y para pasajeros también. Eso posiblemente esté para febrero”. Para finalizar, nos cuenta que siempre se ha sentido querido incondicionalmente por la gente del lugar, que tienen amor por todo lo que ellos hacen y han hecho de corazón para que la trocha no se pierda, porque es algo único en el mundo. Se les infla el pecho de orgullo el trabajar para mantener al Viejo Expreso Patagónico como desde sus inicios, haciendo todo artesanalmente y a pulmón. Insiste en capacitar a los jóvenes para que no se pierda el trabajo en el taller y que el tren siga funcionando. Por eso se dice que este taller siempre fue especial, porque lo que reparan son reliquias que deben arreglarse de forma artesanal y puede ser recorrido por los visitantes, lo que lleva a aventurarse por historias de un pasado brillante, con herramientas de trabajo que son piezas de museo. “El mensaje que yo le puedo dejar a los jóvenes de hoy por hoy es que no dejen caer esto, que el taller es un potencial que tenemos en El Maitén hoy, nuestro pueblo, y que con todas las maquinarias que hay acá se puede trabajar. Cualquier trabajo, no solamente la trocha, puede ingresar a trabajos de terceros, y dentro de todo lo que tenemos acá, se pueden llegar a hacer trabajos. Y que los chicos jóvenes le pongan ganas y que sigan para adelante con esto, porque nosotros estamos grandes. Yo en un año más me jubilo y a mis compañeros les quedará otro poco más, pero dentro de todo nosotros nos vamos a ir, los que van a seguir con esto son los jóvenes, que hoy están trabajando acá”. ¿QUÉ TE PARECIÓ LA NOTA? 16 0 {{positivos}} {{negativos}} Ocurrió un error