“Oferta” electoral: 16 candidaturas y 63 sublemas con 504 postulantes para solo 5 cargos

De manera particular, la vigencia de la Ley de Lemas en Santa Cruz incide de sobremanera en la abundante oferta para cargos municipales, a tal punto que en esta ciudad los frentes electorales presentan 16 candidaturas a la intendencia y 63 sublemas con 504 postulaciones al Consejo Deliberante que solo tiene lugar para 5 bancas.

En ambas categorías, las cifras constituyen nuevos récords y ponen de manifiesto que tienen más relevancia que las cinco fórmulas presidenciales y otros cargos nacionales como diputados/as, senadores /as y parlamentarios/as al Mercosur, incluyendo en este último segmento a los de orden regional.

Lo que no se observan son pasacalles debido a que rápidamente se deterioraran por el viento, aunque siguen aprovechándose los estratégicos paredones cercanos al microcentro y los de los barrios.

A esto se suman otras moderas estrategias como la difusión de plataformas electorales contenidas en códigos QR pegados en las veredas y en pequeños carteles y recientemente se organizaron numerosos fastuosos festejos, regalos incluidos para agasajar a las madres con fines electoralistas.

Pero indudablemente el verdadero fragor de la scampañas se da en el micro centro, a tal punto que resulta dificultosos caminar por los boulevares de avenidas céntricas y atravesar la plazoleta del icónico Monumento al Obrero Petrolero (Gorosito) debido a la multitud de carteles.

Hasta hace pocos días éstos se retiraban en horas nocturna pero ahora ya quedaron fijos porque nadie quiere perder los sitios de mayor visibilidad pública. Obviamente, también hay un constante paso de vehículos con altoparlantes, puestos de campaña y locales alquilados en los que se difunden temas musicales con letras adaptadas a las candidaturas, al margen de constantes prácticas de batucadas con gran cantidad de trompetas, bombos y redoblantes.

Por si esto fuera poco, surgen ingeniosas ocurrencias, como la reciente aparición de un personaje disfrazado con la figura del Gorosito que intenta llamar la atención a favor de una determinada candidatura a la intendencia. Como se ve, en épocas electorales todo vale. Hasta la utilización de monumentos históricos.