24 de Junio de 2023
sociedad |

"La Casa del Churro": Más de 9 de años produciendo los churros más crocantes de la ciudad

Jorge Verón y su familia brindan calidad en sus productos y la mejor atención. Si bien se especializan en churros rellenos, ofrecen una amplia variedad de productos panificados.

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Jorge Verón junto a su familia lleva adelante un comercio muy reconocido en la ciudad, "La casa del churro". Como su nombre lo indica, el emprendimiento familiar se especializa en la producción de churros rellenos. Sin embargo, también comprende el rubro panadería y ofrece pan de miga, sándwich de miga, facturas, pan, pan rallado entre otros productos. 

 

En diálogo con Red43, Jorge recordó los inicios de la empresa familiar que se dedica a la venta de los churros más crocantes y ricos que se pueden encontrar en la ciudad.

 

"Empezamos hace 9 años en un local chiquitito en la Av. Fontana. Nos habíamos quedado sin trabajo y un amigo que tengo en Buenos Aires nos dio la idea de poder generar nuestro propio ingreso con la elaboración de churros. En ese tiempo lo pensé mucho, busqué en internet y saqué muchos ejemplos de España. En argentina el furor son las heladerías y  en España son las churrerías. Empecé a buscar la combinación para tratar de ser los más distintos posibles,  no solo lo tradicional sino también implementar variedad de sabores y colores para poder llegar fuerte a lo que es la venta e ir innovando en la parte de churros en Esquel", rememoró.

 

 

¿Cómo se elaboran los churros?

 

Según contó Jorge, los churros implican un delicado proceso de producción. Se trata de una receta que debe ser seguida al pie de la letra para conseguir el resultado esperado: churros crocantes, ricos y duraderos.

 

"El harina debe pasar por un proceso de secado para sacarle toda la humedad posible. Nosotros al ser panadería contamos con los hornos, entonces lleva un proceso de una hora, hora y media de secado. Después se le introduce el agua hirviendo en el punto justo de ebullición. Contamos con amasadora entonces la masa pasa un minuto, minuto y medio hasta que se integra todo y se vaya evaporando toda esa humedad. La sacamos y la desparramamos en la mesa para terminar el proceso de secado. A medida que más seca está la masa más crocante y duradero va a salir el churro", detalló.

 

Una vez que la masa esta lista y los churros están formados, pasan por la churrera de tres bocas y continúa la parte de cocción con aceite. En esta parte, es fundamental que el aceite esté en su temperatura justa. 

 

 

 

"Todo es un proceso exacto, no hay forma de equivocarse en algo porque si el aceite está muy caliente sale crudo y si está muy frío sale muy aceitoso y gomoso. Tenemos cierto horario para sacarlo.  Es la única forma de tener un buen churro", resaltó.

 

 

 

Llegar a obtener churros de calidad no fue tarea sencilla ya que requirió de numerosas pruebas, con aciertos y errores, hasta encontrar la receta ideal para ofrecerle a la comunidad y los turistas un producto de excelencia.

 

"Somos muy conocidos, tenemos una trayectoria muy larga. hemos pasado momentos muy duros, como momentos muy buenos, pero hoy nos llevan a que nos conozcan en toda la comarca. Tenemos un nombre, un prestigio que nos fue llevando de menor a mayor hasta llegar a ser lo que somos hoy", destacó.

 

En "La casa del Churro" se pueden encontrar los tradicionales churros con dulce de leche y también otros rellenos realizados con dulces regionales de frambuesa, frutilla, frutos del bosque, arándanos, crema pastelera y bañados en chocolate.

 

En la búsqueda de nuevos sabores para ampliar la oferta, Jorge decidió incursionar en lo agridulce. Tal es así que se pueden encontrar churros rellenos con queso roquefort o una pasta de jamón y queso.

 

"Me habían pasado la receta para hacer una pasta un relleno de jamón y queso y lo implementamos. Los sabores van jugando y fuimos probando hasta que llegué al roquefort que es una bomba, es un éxito. El churro es una masa fuerte porque al hacerlo frito tiene un sabor fuerte y con el roquefort se vuelve la combinación perfecta ", resaltó.

 

 

Un negocio que crece a pesar de las dificultades

 

Luego de varios años dedicándose a la producción de churros, la familia Verón decidió expandir el negocio y abarcar el rubro panadería, por lo que adquirió el comercio "La juventud" que funcionaba donde hoy se encuentra "La casa del churro".  Asimismo, incorporó al personal que trabajaba allí en un contexto de crisis económica poco amigable para emprendimientos y empresas familiares.

 

"Decidimos comprar la panadería desafiando todos los limites, incursionando en un rubro que no conocía. Tomé la decisión con el respaldo de mi familia de afrontar ese desafío. Sabía que iba a funcionar, que iba a ser un boom y lo fue", dijo.

 

"Tuvimos un arranque muy bueno y después tuvimos ciertos inconvenientes que nos costó un par de años recuperarnos. Tuvimos un incendio, accidentes, entramos en pandemia y eso lo sufrimos. Llegamos a ser 18 empleados", contó.

 

A pesar de las dificultades, la empresa familiar continuó creciendo y mejorando la calidad de los productos que tiene a la venta. 

 

En la actualidad trabajan 10 personas en total, contando a toda la familia y algunos empleados. Jorge se especializa en la elaboración del pan de miga que luego se utiliza para los sándwich de miga y el cual se distribuye en comercios y panaderías de la ciudad. Mientras que sus dos hijos se encargan de ayudar en la producción, el reparto y la venta en la calle.

 

Además, la empresa cuenta con un cocinero, un jefe de cuadra que se encarga de la parte de panadería y los chicos que atienden a los clientes.

 

El invierno, la temporada fuerte de los churros en Esquel

 

El 21 de junio comenzó el invierno en la región, la temporada ideal para comer churros rellenos.

 

Según contó el dueño de "La casa del churro", en Esquel y sus alrededores los vecinos consumen este producto más en invierno que en los días de verano. La demanda aumenta en esta época del año también por el inicio de las vacaciones de invierno y la llegada de numerosos turistas de otras provincias y de distintas partes del mundo.

 

"En la costa no falta el churrero, el de las donas, las torta fritas; trabajan una temporada y salvan todo el año. Nosotros en verano no tenemos esa posibilidad, la gente no consume churros cuando hace calor, no tiene una explicación. En invierno viene el turismo y la rompemos, el fuerte nuestro es esta temporada", indicó.

 

Al negocio llegan vecinos de distintas localidades de la región cordillerana, turistas de Buenos Aires y países del exterior como Uruguay o España.

 

Quienes se acercan a comprar prefieren los churros dulces en lugar de los salados. El que más se vende es el tradicional de dulce de leche, con o sin baño de chocolate, y en un segundo lugar se encuentran los que contienen crema pastelera, dulces regionales.

 

 

 

Las gran mayoría de los clientes se llevan más de un sabor para poder degustar todas o la gran mayoría de las variedades que la churrería ofrece.

 

La empresa familiar continúa en constante crecimiento y con proyectos próximos a concretar, como la mudanza al local contiguo que será más vistoso y con nuevas propuestas para los clientes y vecinos.

 

"La casa del churro" se encuentra ubicado en Av. Holdich N° 47 (casi Avellaneda) y se encuentra abierto de lunes a lunes de 9 a 13 horas durante la mañana y de 16 a 20 horas en la tarde. 

 

 

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