El CCT CONICET-CENPAT emitió un comunicado con el objetivo de proporcionar información veraz y basada en evidencia científica para contrarrestar ideas falsas y carentes de sustento que circulan sobre el guanaco (Lama guanicoe) en redes sociales y medios de comunicación. La entidad subrayó la importancia de informar con rigurosidad para fomentar una ciudadanía reflexiva, especialmente frente a la desinformación que puede afectar la percepción pública y las decisiones en torno a esta especie emblemática.
¿El guanaco está sobrepoblado?
Un mito común que ganó terreno es la idea de que las poblaciones de guanacos crecen de manera exponencial y sin control, lo cual, según el CONICET-CENPAT, no es cierto. Antes de la introducción del ganado ovino en la Patagonia, se estimaba que existían al menos 22 millones de guanacos que convivían en equilibrio con los pastizales. Estas cifras históricas destacan la capacidad de las poblaciones de guanacos para regularse de acuerdo con la disponibilidad de forraje, gracias a un comportamiento territorial que amortigua la presión sobre la vegetación.
De hecho, estudios a largo plazo demostraron que los guanacos ajustan su densidad según la disponibilidad de recursos. Además, se observó que, cuando el pastoreo ovino fue reemplazado por guanacos, la vegetación mostró signos de recuperación, incluso a densidades elevadas. Estas observaciones contradicen la narrativa de una sobrepoblación que degrada el ambiente.
La crisis ganadera: ¿Es culpable el guanaco?
Otra afirmación que desmiente el CCT CONICET-CENPAT es la supuesta responsabilidad del guanaco en la crisis de la ganadería en la Patagonia. La institución señala que la verdadera causa de la crisis es la degradación ambiental, producto de más de un siglo de sobrepastoreo ovino y un manejo deficiente del ganado. El mal manejo histórico, basado en la sobreestimación de la capacidad de carga de los campos y la falta de infraestructura adecuada, dejó más del 90% de la superficie de la Patagonia extra-andina con algún grado de degradación.
Durante el periodo de mayor declive del stock ganadero, las poblaciones de guanacos estaban en sus mínimos históricos, lo que refuerza la imposibilidad de atribuirles un papel determinante en esta crisis.
Competencia y adaptabilidad del guanaco
En cuanto a la competencia entre guanacos y ganado ovino, se comprobó que el ganado desplaza a los guanacos cuando el forraje es limitado. Esto genera una segregación que lleva a los guanacos a utilizar recursos inaccesibles o no deseados por el ganado, como plantas menos apetecibles, forraje en alturas y áreas degradadas que ya no son aptas para la ganadería. Así, los guanacos actúan como pastoreadores de bajo impacto, aprovechando de manera eficiente lo que otros animales no consumen.
Potencial ecológico y económico del guanaco
Más allá de su papel en el ecosistema, el guanaco es un "ingeniero de ecosistemas". Sus letrinas comunitarias, conocidas como bosteaderos, actúan como islas de fertilidad que acumulan nutrientes, humedad y semillas, lo que favorece la regeneración de la vegetación. Estas características convierten al guanaco en un aliado para la restauración de ambientes degradados, un recurso invaluable en tiempos de cambio climático acelerado.
Además, su fibra es una de las más finas y apreciadas del mercado, lo que abre oportunidades para diversificar la producción económica en la región, combinando una ganadería ovina sustentable con el manejo adecuado del guanaco.
Decisiones basadas en ciencia
La controversia en torno a la gestión del guanaco resurgió tras la Disposición 812/2024 de la Subsecretaría de Ambiente de la Nación, que autoriza a las provincias patagónicas a establecer planes de manejo.
El CCT CONICET-CENPAT se puso a disposición para proporcionar información científica y la experiencia de sus investigadores para asegurar que las decisiones se tomen de manera informada y en beneficio de todos los habitantes de Chubut.
O.P