La Morpho epistrophus argentinus, más conocida como la mariposa bandera argentina, es una joya de la fauna nacional que deslumbra por la combinación de colores celeste y blanco en sus alas, evocando directamente los tonos de la enseña patria. Sin embargo, esta especie emblemática se enfrenta a una alarmante disminución en su población por la creciente destrucción de su entorno natural.
Esta mariposa tiene presencia en las provincias de Buenos Aires, Entre Ríos, Corrientes, Misiones y Chaco. Su vuelo, sus colores y su notable tamaño la convierten en un espectáculo difícil de olvidar. Durante su etapa de oruga, se alimenta principalmente del coronillo, un árbol nativo que crece en zonas selváticas, fundamental para su ciclo de vida.
Uno de los refugios más importantes para su conservación es la reserva de la laguna seca grande, en el partido de Madariaga (Buenos Aires), donde todavía puede encontrarse una población saludable gracias a la presencia de vegetación autóctona. Sin embargo, estos espacios están cada vez más amenazados por la deforestación, la expansión urbana, la introducción de especies exóticas y la depredación tanto por coleccionistas como por fauna introducida como los ciervos.
Ante este escenario crítico, la mariposa bandera argentina fue declarada Monumento Natural en los partidos de Punta Indio y Magdalena, un reconocimiento que busca frenar su declive y protegerlas.
Hoy más que nunca, proteger a la mariposa bandera argentina es proteger un símbolo natural del país. Su conservación requiere acciones urgentes porque solo así será posible que estas mariposas sigan revoloteando libremente por los cielos argentinos.
R.G.