Muchos mitos son pasados de generación en generación, e incluso los mismos médicos los fomentamos. Sin embargo, en los últimos años, se han estudiado científicamente y con estudios bioestadísticos a muchos de ellos. Les comentaré los más relevantes mitos que demostraron ser falaces. Es cierto que es mejor tomar una bebida isotónica (esas bebidas con sales minerales) en lugar de agua al hacer ejercicios, pero es falso que se puedan tomar estos jugos sin inconvenientes cuando no se practica deporte. Se demostró un daño renal en esos casos. También es falso que las vitaminas son “inofensivas”, se ha demostrado que el uso de vitamina E en exceso aumenta la mortalidad cardíaca, y es por ello que hoy no tienen indicación en los pacientes con enfermedad coronaria y si se utilizan debe evitarse superar los 1000 UI por día. Se realizaron 12 ensayos analizando el efecto del azúcar en los niños, y ninguno ha encontrado evidencia que respalde el mito de que el azúcar genera hiperactividad en los niños. Otro mito es que un mayor número de personas intenta suicidarse en Navidad, pero varios estudios no han podido encontrar un mayor índice de suicidios durante esta época. Hasta unos años, los médicos recomendaban tomar dos litros de agua por día, ese mito también fue desterrado ya que no hay evidencia que demuestre que necesitemos tanta agua. El organismo sí necesita líquido y lo consigue al ingerir frutas, verduras, jugos, leche, y otras bebidas. La cantidad de líquido que necesitamos debe ser evaluada según el color de la orina. Si es muy naranja, falta líquido lo contrario si es transparente. Otro mito muy común es el que dice que utilizamos sólo un 10% de nuestro cerebro. Se ha demostrado de que nuestro cerebro está completamente activo, y que no existe ningún área del mismo que esté estática. Otra creencia sin justificación es la que el pelo y las uñas continúan creciendo después de la muerte. Es totalmente falsa. Antropólogos explicaron que la deshidratación del cuerpo después de la muerte puede conducir a la retracción de la piel alrededor de las uñas y los cabellos. Esto puede dar la apariencia de que crecieron, en contraste con los tejidos hundidos. Otra idea que se ha desterrado es pensar que leer con poca luz arruina la vista. Hasta ahora, no hay evidencia que lo compruebe. Se sabe que cuando se lee con poca luz, se produce un estrés temporal que puede resecarlos o irritarlos. Pero no queda un daño permanente. Entre otros mitos derribados encontramos que la vitamina C es excelente contra los resfriados. Se puso a prueba el poder curativo de esta vitamina concluyendo que tomar 1,000 mg al día por varios meses en el invierno no evitó contraer resfriado, aunque disminuyó el tiempo de resfriado en tan sólo 12 horas. Como no es riesgoso tomar 1 gramo de vitamina C al día, parece apropiado empezar a tomarla al sentir síntomas de resfriado, pero no espere resultados milagrosos. Para finalizar, le dejo otros mitos derribados, como que el comer zanahorias mejora la visión, la carencia de vitamina A provoca dificultad para ver en la oscuridad, y en casos extremos ceguera nocturna. Y, por último, hay un mito que dice que utilizar anteojos con regularidad ocasiona mayor dependencia hacia ellos, absolutamente no.