29 de Enero de 2021
opinion |
María de los Angeles Sedruol Vincha

Para el vecino de Esquel una cosa, para el turista otra

Columna de opinión sobre la ordenanza de tolerancia cero

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Aprobar ordenanzas sin analizar entorno, aristas, beneficios y perjuicios y sobre todo el perfil de ciudad que queremos, es cuando menos irresponsable.

 

Sucede que promovida por el concejal del monobloque sin partido Por Esquel, Hernán Alonso,  se aprobó la ordenanza mediante la cual la tolerancia al manejar es de cero alcohol en sangre. Anteriormente regía la que aceptaba el límite de 0,5.

 

 

“Si tomas no manejes”, ese parecía el objetivo. No tomar alcohol ni poco ni mucho, ni una copita ni una cervecita, nada. Todo lo anterior teniendo en cuenta que gran parte de los accidentes de tránsito -con notables daños materiales, pero sobre todo irreparables pérdidas de vidas humanas- estaban vinculados al consumo de bebidas alcohólicas y según los concejales esta era una buena forma de desalentarlo. 

 

 

 

Desde que se aprobó la ordenanza muchos comerciantes hicieron saber su punto de vista: según ellos afectaba la clientela, que por la medida dejaban de ir a comer a lugares públicos.

 

La ordenanza se aprobó sin que se llevara a cabo una campaña que visualizara las consecuencias del alcohol al volante, no se invirtió en comunicación de, por ejemplo, cartelería y en el caso del turismo información en hospedajes, lugares gastronómicos, entre otras iniciativas como la del conductor responsable: aquel que maneja no toma alcohol y tiene beneficios en los lugares que asiste. Solamente se trata de investigar un poquito y sin ir más lejos esta práctica esta hace mucho en funcionamiento en Bariloche con buenos resultados. Acá no se entiende que una ley por si misma, si la intención es llegar al ciudadano y cumplir, no tenga también un rol educativo. No se soluciona con altas multas que solo son recaudatorias y no educativas.

 

Sucede que ahora, desde la Secretaría de Turismo, plantean hacer excepciones para turistas, ante la ordenanza aprobada. Los concejales, a su vez, están buscando como parchar lo que aprobaron por mayoría (el concejal Diego Austin votó en contra) de forma tal que haya ciertos beneficios a visitantes.

 

 

 

Si no fuera porque este pasando, no se podría creer. Se hacen leyes para todos o para ninguno y las modificaciones tiene que ser también de igual cumplimiento para el que viene de afuera como para el vecino de Esquel.

 

Si se soslaya y minimiza la importancia de comunicar, en este caso y en otros que estén por venir, es menester que se pongan a trabajar en serio. Es necesario que cumplan con el deber público de informar a vecinos y visitantes, e invertir en la publicidad que una ley de este tipo, amerita.

 

Pero, sobre todo, sería interesante que no trabajen para la tribuna del momento; hay que asesorarse primero, escuchar los pros y los contras y no alzar la mano en un tema que evidentemente no están convencidos.

 

Si hay convicción de que cada ordenanza que se aprueba en Esquel es lo más adecuado para vecinos, turistas y desarrollo de la ciudad, no pasaría lo que ahora; quieren ser muy rigurosos con los esquelenses y no así con el turista, obviando lo que, supuestamente, esta medida trataba de evitar.

 

No se trata de desalentar el turismo; se trata de coherencia y un poco más de sentido común. El turismo que no viene a Esquel, la ciudad turística que no tenemos no es por la alcoholemia cero.

 

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