Las personas diagnosticadas con el trastorno del espectro autista tienen una gran sensibilidad ante auditiva, por eso, un docente chubutense de la Escuela 720 de Trelew, que acompaña a un adolescente con esta condición, tuvo la creatividad de resolver esta dificultad, junto a un grupo de padres se movieron para conseguir bastantes pelotas de tenis para colocarlas en cada una de las patas de los bancos de los alumnos y de esta forma evitar que el menor sufra con los ruidos.
Matías Torres, el profesor que llevó a cabo esta iniciativa, contó que Joaquín es un alumno que "realiza las actividades y juega en el recreo, no tiene un trato especial, con solo marcarle el camino en clase, él continúa solo, incluso tiene buena relación con los compañeros. Solo que a diferencia del resto tiene menor tolerancia y contemplación a los ruidos molestos".
No solo fue creativo, sino también efectivo ya que en el aula se generó el hábito de estar en silencio y esto permitió que los alumnos puedan escucharse los unos a los otros. Además empezaron a acostumbrarse a levantar los bancos, algo que empezó para ayudar a Joaquín termino ayudando a todos los demás