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19 de Junio de 2022
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Claudio Jaramillo, un padre campeón que ahora sueña con su propio restaurante

Con su chaqueta de campeón, nos habla desde su cocina: el lugar donde se entrenó durante meses para una competencia que marcó un antes y un después. El apoyo de su familia fue fundamental para su éxito.

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Por Karim Chelbi Camba

 

Antes de estudiar periodismo, tuve diferentes trabajos, cuando era más joven que ahora, para tener plata y salir con mis amigos y no depender de mi vieja. En uno de esos trabajos, en la pizzería Rockabillys, astros totales de las mejores hamburguesas de la existencia universal, conocí a "Tino". Siempre, para mí fue "Tino" y hasta el día de hoy sigue siendo "Tino".

 

Con el correr del tiempo, nos contactamos por Facebook y, por las fotos, me di cuenta de que "Tino" era Claudio Jaramillo. Nos volvió a encontrar personalmente la pasión por esas hamburguesas que, del 1 al 10 las puedo puntuar con un 1000.

 

Meses después de su emprendimiento "Piratas del Delivery", que tuvo que cerrar por los aumentos de precios de este bendito país, nos reencontramos tras su logro de campeón argentino de pizza y empanada.

 

Tino nos recibió en su casa, con sanguchitos, facturas y mate, que es tan raro compartir un mate después de tanto tiempo. En su hábitat natural, que es la cocina, nos comenta sobre sus inicios, la actualidad, su sueño y la importancia de su familia.

 

 

 

¿Cómo nace tu pasión por la cocina?

 

Esto nace hace 12 o 13 años, más que nada por obligación porque tenía que trabajar o estudiar. Empecé a trabajar en pizzerías, casas de hamburguesas, hasta que me fui haciendo como cocinero. Me tocó viajar a Buenos Aires y ahí explotó la pasión: elaborar un plato, mostrar la identidad. Uno quiere mostrar y expresarse a través de un plato para que el comensal se sienta identificado o le lleve recuerdos. Yo trato de que viajen a su infancia y ahí fue que me formé como cocinero a lo largo de estos años. Estuve en Esquel trabajando en Don Chiquito y me tocó viajar a Bariloche donde explotó mi carrera al trabajar al Hotel Llao Llao. Hoy estoy trabajando en El Cerro haciendo comida saludable y ahora me desempeño de eso.

 

¿El Llao Llao fue un antes y un después o el quiebre vino antes?

 

Ya venía con entusiasmo, pero al ver distintas técnicas de cocción y mucha tecnología en el Hotel; todo envasado al vacío. Ahí dije que me quería dedicar a esto de lleno. Tenía un jefe del que aprendí mucho y me llevó a decir que quiero marcar mis platos como hacía él, como un boceto.

 

¿Tuviste que ir a Buenos Aires a capacitarse o cómo fue ese viaje?

 

Tuve que viajar con mi hijo, porque lo implantaban de sus oídos y nos tuvimos que instalar a la fuerza para hacer el tratamiento. Eso me llevó a buscar trabajo en Buenos Aires para vivir mejor, porque la plata no nos alcanzaba. Tuve la suerte de trabajar en un patio de comidas que se llamaba La Juana. Trabajaba de 10 a 17 y de 17 a 01. Eso me hizo ver todo lo que se elaboraba y el sacrificio que hacía, de tener que volver a la 1 de la mañana caminando. Eso me ayudaba a valorar lo que tenía.

 

 

 

¿La gastronomía es un trabajo sacrificado y agotador, no?

 

Es un trabajo sacrificado, agotador. Pero yo digo que si no les gusta, busquen otra cosa. Si uno hace lo que les gusta, no se cansa. Si me dejás tres días cocinando no me voy a cansar porque lo disfruto. Es encontrar la vocación que uno tiene para cada trabajo.

 

¿Además de Don Chiquino, dónde más trabajaste en Esquel?

 

Trabajé en Patagonia Winds con la pizzería; después pasé a Rockabillys con Pablo Mermoud y me ayudó mucho con las pizzas y hamburguesas. Yo me dedicaba a vender hamburguesas cuando estaba sin laburo, porque las de ahí no las sabe nadie y solo las sabemos nosotros. Después, estuve en la parrilla de Don Chiquino y después a la casa de pastas hasta que me fui a Bariloche.

 

¿Cuál es tu especialidad?

 

Me las arreglo con lo que me propongan y no tengo drama en cocinar. Lo que más me gusta son las pizzas o carnes en una parrilla, pero lo que más me apasiona es la sandwichería y las pizzas.

 

¿Qué te imaginás en tu futuro?

 

En este tiempo recibí propuestas en Esquel y que viaje afuera para hacer presencias. Mi idea es hacer algo con mi familia y abrir un negocio propio, encararlo con mi señora, para mostrarle al turista y a la gente local las variedades que tengo para ofrecer.

 

 

 

¿Te da ansiedad abrir tu propio negocio? Debés tener todo pensado ya...

 

Si tuviera la plata, ya sé lo que tengo que hacer y cómo armarlo. Tengo diseñada la entrada. Lo que más me falta es la plata para encarar el alquiler y la compra de los hornos.

 

¿Qué tenés en mente?

 

Tengo pensado traer la pizza napolitana a Esquel y ser uno de los primeros. Hay muchas pizzerías que hacen pizza a la piedra con hornos convencionales o mixtos; quiero traer un horno que sea exclusivo a leña y que sea napolitana, napolitana.

 

¿Cómo sería esa pizza?

 

No es la tradicional que uno conoce de la pizza con rodajas de tomate. Esta es pura elaborada con masa madre y cocción muy rápida. Es un choque a la piedra y se hace en dos minutos. Queda muy finita y crocante.

 

¿Cómo se hace idealizar o imaginar un plato, cómo se te ocurrieron las empanadas de cordero braseado?

 

Vas probando y pensar qué tenés para llevar. Si me toca hacer un plato para alguien, trato de estudiar a la persona y ver qué le gusta para llevar algo que le agrade. Trato de ver los orígenes y tocar su infancia, que a uno le despierta más. Hago un estudio de quién va a ser el comensal y ver las alternativas.

 

Este domingo es el día del padre y ahora tienen un papá campeón. ¿Cómo te sentís con eso?

 

Me siento muy contento de darle la felicidad a mis hijos que me llamaban todo el tiempo. Ellos son un pilar fundamental en esto. Me costó mucho dejarlos, porque siempre fuimos juntos y esta vez nos despegamos. Fue un desafío dejar a mis hijos, más que nada al más grande, que me lo quería llevar y lo llevé en la chaqueta.

 

Comentanos sobre tu familia, que te ha acompañado...

 

Siempre digo que sin mi señora, se me hubiese hecho imposible. Trabajé hasta las 2 de la tarde del ultimo día que tenía que viajar y había alguien que se tenia que encargar de ordenarme todo. Ella se encargó de retirarme las bandejas, remeras con sponsor, todo. Es la otra parte. Yo soy la cara visible, pero atrás mío viene le equipo que son mi señora y mis hijos.

 

El emprendimiento propio lo pensás con ellos...

 

Si, ella se quedará atendiendo y yo cocinado, pero siempre es familiar.

 

Hace poco vendías por redes sociales, ¿cocinabas acá?

 

Sí. Me dedicaba a vender hamburguesas para juntar plata para viajar con mi hijo a Buenos Aires y mi sueldo no alcanzaba. Estábamos terminando la casa también. Me dedicaba a vender acá y tuve muy buena respuesta de la gente porque el producto les gustaba mucho.

 

Doy fe que son muy buenas. ¿Tenés pensado participar en un campeonato de hamburguesas?

 

No lo tenía pensado, pero mi señora vio que había un campeonato. Si se da la posibilidad, vamos a participar.

 

¿Por qué tuviste que parar con la venta?

 

Lamentablemente, paré porque si yo fuera comensal no quisiera pagar un precio excesivo. Por ahí estaba bien el precio, pero me parecía que no podía meterle la mano en el bolsillo al vecino. Los precios de carne y harina se estaba yendo de las manos. Pasé de pagar 1300 la bolsa de harina. se me fue a 3000 y no podía mantener el precio. Yo me manejo con la gente de los barrios y mi idea siempre fue vender más y barato antes que poquito y caro. Mi idea no es matar al vecino con el precio.

 

 

 

Habías arrancado con 500 pesos las hamburguesas, con papas, para dos personas...

 

Sí, comían 2 y picaban 3. Era una hamburguesa de mitad de caja de pizza, con papas, mayonesa. La carne picada era del día, pero no lo pude mantener.

 

¿En el próximo negocio van a estar?

 

Eso va a estar seguro. Cuando abramos van a estar.

 

¿Cómo fue el torneo en Buenos Aires?

 

Fue una experiencia distinta. Tenía ganas desde 2018 y la pandemia no me dio la posibilidad. Cuando vi que abrieron las inscripciones me anoté en seguida y después dije a ver qué hago. Fue juntar plata para el viaje por los pasajes y estadías. Llegar allá fue distinto y encontrarme con grandes escuelas del norte. En la Patagonia viajamos solos y te encontrabas con escuelas del norte que me impactaron. Estaba en un campeonato en serio y tenía que defender lo mio.

 

¿Qué significa la cocina para vos?

 

La cocina es todo, es mi otra casa. Vivo de eso así que es todo.

 

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