Según todos los testimonios recogidos durante la investigación del asesinato de Vicente Maillo, el comerciante de Río Gallegos, todo fue planeado meticulosamente teniendo a la suegra de la víctima como provincial protagonista. Enterados que el hombre los había dejado fuera de su herencia, elucubraron un plan para asesinarlo.
La noche del 16 de noviembre de 2017, la cena de la familia fue preparada por María Espiritoso (ya fallecida y por entonces de 83 años, suegra de Maillo). La mujer colocó un sedante en los huevos rellenos que preparó para su yerno. El fin era que durmiera profundamente cuando el sicario que habían contratado no tuviera problemas en asesinarlo a puñaladas. Y asi fue.
Por entonces la ciudad de Río Gallegos quedó conmovida por el asesinato de Vicente Maillo, un comerciante muy querido por la comunidad santacruceña, en una supuesta entradera. Sin embargo, rápidamente, el caso dio un giro macabro cuando la esposa, los hijastros y la suegra del hombre fueron detenidos acusados de contratar a un sicario para matarlo.
La trama es escalofriante. Maillo era propietario de un bazar y había recibido una cuantiosa herencia de su hermano y de sus padres que escalaba a17 millones de pesos del año 2017. Mucho dinero, sin duda. El hombre fue asesinado de cinco puñaladas en su casa ubicada en las calles Zapiola y Corrientes de la capital santacruceña y en principio se creyó que fue víctima de un hecho de inseguridad. O eso fue lo que quisieron hacer creer sus familiares.
Fue así que Claudia Susana Reina, esposa de Vicente, y sus hijos Luis y José Maximiliano y la abuela de ambos, María Carmen Espiritoso, se enteraron de que el hombre no los iba a tener en cuenta en la herencia, ya que pensaba transferirla a otros familiares en vida. Los gastos excesivos, consejos de sus familiares y otras cuestiones familiares lo llevaron a tomar esa decisión.
Esta noticia no fue bien recibida por el clan y la avaricia los llevó a planear el asesinato del comerciante. Así, contrataron a un sicario que en la madrugada del 16 de noviembre de 2017 entró en la casa y mató al hombre con cuatro puñaladas en el pecho y una en el cuello.
Hay que hacer notar que lo jóvenes eran hijos de la mujer y Maillo los había reconocido y dado el apellido. Maillo conoció a la mujer en las noches de Río Gallegos. “Dio con la mujer equivocada”, confesaba por entonces un amigo íntimo del comerciante con quien salía todas las mañanas para dar unas vueltas en bicicleta. Un día, Maillo faltó a la cita lo que sorprendió al hombre. “Siempre era puntual y si no podía venir, avisaba”, dijo Alejandro Ariznabarreta, el amigo en declaraciones periodísticas.
Los investigadores no tardaron mucho tiempo en llegar a la verdad. En primer lugar, en la casa no faltaba ningún objeto de valor, con lo cual la hipótesis de un robo quedó rápidamente descartada. Además, el resultado de la autopsia reveló que Vicente estaba sedado cuando murió.
Por último, las cámaras de seguridad, cuyos videos intentaron ser alterados, fueron determinantes: mostraban a Reina ingresando al domicilio junto a un hombre (después se supo que era Cristian Etchebarren por entonces de 22 años) la noche del crimen y retirarse minutos después. A partir de la filmación la suegra se quebró y confesó el plan criminal y los miembros del clan fueron detenidos.
El ”Clan Maillo” como se lo conoció mediáticamente tuvo como abogado defensor a Carlos Telleldín, aquel que fuera acusado de vender la traffic donde colocaron la bomba que hizo volar la AMIA. Telleldin estudió abogacía en la cárcel y montó un estudio en el sur. Pero no duró mucho tiempo en la defensa. Renunció a la misma a los seis meses. Como publicó Red43, hace unos días la justicia decidió desheredar a los dos hijos del comerciante, principales artífices del asesinato. La suegra murió y su exesposa Claudia Reina se encuentra con arresto domiciliario por una enfermedad. Los dos hijos fueron condenados a perpetua. Al igual que el sicario. Quizá ahora, Vicente pueda descansar en paz.
C.G.