Por Lelia Castro
Lucas Nahuelchu nació en el Barrio Mataderos, un lugar lleno de risas y juegos, donde la infancia se vivía entre amigos, bolitas y partidos de fútbol. Como el menor de su familia, siempre recibió mimos y cuidados, sobre todo de su hermana mayor, Tamara, quien con su propia familia sigue siendo un pilar fundamental en su vida.
La vida de Lucas estuvo marcada por la separación de sus padres cuando él era muy pequeño, pero sus recuerdos están llenos de amor y unidad, cuenta Lucas con una sonrisa.
“Mis papás se separaron cuando yo era bebé, pero siempre estuvieron juntos más allá de su separación: siempre fueron de juntarse, de hablar, de estar en mi casa, de compartir momentos, comidas, mates, almuerzos, con tal de estar yo bien; ellos nunca lo hablaron, pero siempre estuvieron bien delante de mí. Yo siento demasiado por mis papás, son mucho para mí, son mi vida, porque son los que me ayudan en mi día a día”.
La relación con sus abuelas, especialmente con Sabina, quien le transmitió la sabiduría y cultura Mapuche-Tehuelche, ha sido otra piedra angular en su formación. "Mi abuelita Sabina me enseñó a hablar mapuzungún y a tocar instrumentos tradicionales. Ella es una fuente de inspiración para mí", relata con orgullo.
En la Escuela N°112, Lucas no solo se destacó académicamente sino también culturalmente, siendo abanderado de la bandera Mapuche-Tehuelche. Hoy, en su penúltimo año de secundaria sigue portando esa bandera con orgullo. "Es un honor representar a mi comunidad", dice con firmeza.
“Actualmente estoy en la Escuela N° 767, Julián Ripa, la Ex Normal, estoy en 5° año, el año pasado pasó a ser la modalidad EIB, que también soy abanderado en esa escuela de la bandera Mapuche-Tehuelche. Fue todo un tema eso, los directivos fueron a los salones y preguntaron quiénes se sentían identificados o quiénes eran partícipes de pueblos originarios, para así saber si podían conseguirse como portadores de la bandera. Entonces yo fui, dí mi testimonio, también en nombre de mi abuelita y por suerte me cedieron la bandera a mí, entonces en los actos escolares voy yo a la bandera”.
La música también juega un papel importante en su vida. Como miembro de la orquesta Pú Pichikeché, Lucas ha aprendido a tocar varios instrumentos, destacándose en el charango. La música es una forma de expresar lo que siente y conectar con sus raíces.
“La orquesta Pú Pichikeché, de nombre es de origen mapuzungún, que traducido significa ‘todos los niños’, acepta niños a partir de los 8 años hasta los 18, o un poco más. Esa orquesta es municipal, es totalmente gratis, hay diferentes instrumentos: violín, guitarra, percusión, yo estoy tocando el charango, pero también pasé dos años por guitarra, uno por percusión y tres o cuatro años ya llevo con el charanguito”.
Pero fue la barbería la que capturó su corazón desde pequeño. Fascinado por las herramientas y técnicas de corte, aprovechó la oportunidad de hacer un curso de barbería profesional el año pasado. "Fue una experiencia increíble, y siempre contaré con el apoyo de mis padres", comenta emocionado. Con su primera máquina y tijeras, comenzó a cortar el pelo a domicilio y luego se aventuró a montar un puesto en la feria de La Trochita en la calle Don Bosco.
“Fue un sábado, ya que la feria es los fines de semana, ya va a ser un mes que estoy con esta idea, fui yo el primer barbero que fui a instalarme en la feria. Me pasó un viernes a la noche antes de dormirme, y dije: si mañana está lindo el día voy a ir. Le pedí prestadas unas cosas a mi novia, una mesita, un espejo, una silla para así el sábado ir a La Trochita y probar suerte. Por suerte, ese sábado que yo fui estaba lindo, inflé el pecho para todo lo que tenía que venir y dije ‘bueno, vamos, y probemos suerte’. Fueron resultados muy buenos, pero creo que más allá del resultado que hubo, sea bueno o malo, es parte de la experiencia o del camino que va formando esta carrera de barbería. Es algo muy común de todos, de que estamos muy abajo, que todos los barberos llegan a un tope o una subida que es ese momento cuando hay que bancársela y meterle mucho al trabajo para así fluir mejor”.
La dedicación de Lucas a su oficio no pasa desapercibida. Con la ayuda de su novia y la motivación de su madre Elsa, quien lo describe como un joven incansable y lleno de pasión, ha logrado ofrecer servicios accesibles para su comunidad.
"Después me surgió la pasión sobre la barbería, que la tuve desde muy chiquitito cuando me empezaron a cortar el pelo, siempre me gustaba ver cómo me cortaban, siempre me llamaron mucho la atención las máquinas de cortar el pelo, también los diferentes peines que tienen las guías. Así que el año pasado se me dio la posibilidad de hacer un curso de barbería profesional y ese curso lo hice en siete u ocho meses y ya me recibí con mi diploma de barbería profesional. Siempre acompañado de la mano de mis padres, de su palabra y de su apoyo" afirma Lucas.
A pesar de sus múltiples actividades, Lucas se mantiene firme en sus estudios, con miras a terminar la secundaria y seguir explorando sus opciones para el futuro. "Sueño con tener mi propio local en el centro y conocer el mundo", comparte con una mirada llena de esperanza.
La historia de Lucas es un testimonio de perseverancia, amor familiar y orgullo cultural. Es un joven que, a pesar de las adversidades, se levanta cada día con la determinación de seguir sus sueños y hacer la diferencia en su comunidad.
“Lo que me inspiró a mí es ver lo complicado que lo tiene la gente hoy en día, la gran mayoría por ahí está complicado en los temas de la economía, por eso la gente busca la feria y los precios, por eso yo tengo el corte de pelo más o menos accesible. Mi lema siempre fue mantener un precio más bajo que los demás y poder dar el mismo o el mejor trabajo. Por ejemplo, el sábado anterior pasó un señor muy contento, diciéndome que estaba muy contento con lo que yo estaba haciendo y que estaba feliz y contento con lo que hacía, me felicitó también por el precio que tenía; son comentarios que a uno le alegran el alma y la vida y las ganas de salir adelante. Los comentarios buenos de la gente son los que más te llenan de alegría y de color, y los comentarios malos de la gente hay que leerlos y tomarlos como un impulso para poder salir adelante y seguir mejorando”.
Pueden contactar a Lucas al teléfono (2945) 468576, o en sus redes sociales como Lucas Nahuelchu.