Lo que debía ser un viaje de placer terminó en una verdadera tragedia para un hombre de 38 años, quien falleció tras someterse a un trasplante de pelo. La policía inició una investigación.
Fuentes policiales revelaron que el hombre, había viajado a Turquía para someterse a una cirugía estética. La policía investiga un posible “homicidio culposo”.
La víctima era un turista británico que murió luego de someterse a un trasplante capilar en una clínica privada en Estambul. La policía turca abrió una investigación y analiza si hubo negligencia.
Medios locales precisaron que el hombre había viajado especialmente a la ciudad turca para realizarse la operación en la clínica CINIK, ubicada en el distrito de Besiktas.
La intervención se extendió por unas cinco horas, pero poco después de salir del quirófano su estado de salud se complicó. Fue trasladado de urgencia a un hospital, y a pesar de que los médicos intentaron salvarlo murió poco después.
Tras este trágico desenlace, su cuerpo fue llevado al Instituto de Medicina Forense donde llevarán a cabo una autopsia. Luego será repatriado al Reino Unido.
Según publica TN, en el marco de la investigación, la policía ya tomó declaración al equipo médico que participó del procedimiento, incluyendo al cirujano, el anestesista y los enfermeros.
Este trágico hecho reavivó el debate sobre los riesgos del turismo médico en Turquía, que se ha convertido en uno de los principales destinos del mundo para cirugías estéticas por sus precios accesibles.
Según el Turkish Healthcare Travel Council, más de un millón de personas viajan cada año a Turquía para someterse a tratamientos de restauración capilar. Se estima que el país concentra casi el 60% del mercado global de trasplantes de pelo, y que en 2025 la cifra podría llegar a 1,1 millones de pacientes.
El implante de pelo en Turquía se ha popularizado en los últimos años debido a sus precios competitivos y paquetes “todo incluido”. Puede costar entre $2.000 y $3.500 USD, incluyendo traslados y hotel.
Las clínicas ofrecen servicios con hospedaje, traductor y traslados. Además, hay influencers y agencias de viaje promocionan estos tratamientos en redes sociales.
Lamentablemente no es la primera vez que una cirugía de este tipo tiene un fatal desenlace. El fenómeno de las cirugías low cost en Turquía también dejó historias de pacientes que sufrieron secuelas permanentes.
Luke Horsfield, un británico de 26 años, pagó 1.650 dólares por un trasplante capilar en Estambul, pero denunció que el procedimiento fue un desastre: “Me dejaron cicatrices y zonas calvas. Los médicos casi no hablaban inglés y me sacaron demasiados folículos”.
A pesar de que la clínica le prometió un seguimiento posterior, Luke aseguró al diario The Sun que le costó mucho comunicarse con el equipo médico y que solo le ofrecieron un reembolso parcial y una segunda operación a mitad de precio. Finalmente, tuvo que reparar el daño en otra clínica.