Si uno quiere saber si es diabético tan sólo debe transmitir esa duda a su médico para que le pida estudios que lo ayuden a responder su inquietud. Entre ellos está la Glucemia (popularmente “el azúcar en sangre”) y la denominada hemoglobina glicosilada A1C (HbGA1C). Si la glucemia en ayunas da un valor igual o mayor a 126 mg/dl, habiendo cumplido un ayuno no calórico durante por lo menos 8 horas, se repetirá nuevamente y su valor similar hará diagnóstico. Una HbGA1C mayor a 6.5%, es orientador, pues no es el único criterio, de diabetes. Algunos pacientes se encuentran en zonas grises, con glucemias entre 105 y 125, y para dilucidar si son o no diabéticos se hace lo que se llama prueba de tolerancia oral a la glucosa (PTOG), usted verá que le sacan sangre al llegar, y a las 2 horas de haber tomado un líquido dulce. Si la glucemia a las 2 horas es igual o mayor a 200 mg/dl se hace diagnóstico de diabetes. Otra forma de diagnosticarla es ante un paciente con síntomas clásicos de hiperglucemia (sed excesiva, despertares nocturnos frecuentes para orinar) o crisis de hiperglucemia, y una glucemia al azar igual o mayor a 200 mg/dL. Ahora bien, usted tiene diabetes, y es cierto, no es fácil de aceptar. Pero, ¿sabe qué? También se trata de algo que puede controlar. Cuando alguien se entera de que tiene diabetes, en un primer momento, puede sentirse muy asustado, triste, o incluso quizás le cueste creer que sea verdad. Después de todo, es probable que no se sienta enfermo ni diferente de cómo se sentía antes de que le dijeran que tenía diabetes. Sin embargo, es muy importante que tome esta enfermedad en serio. Al enterarse de que tienen diabetes, algunas personas se preocupan porque creen que, con eso, se les acaba la vida o que ya no podrán hacer todo lo que hacían antes. Nada de eso es verdad. Lo que sí es verdad es que quizás deba hacer algunos cambios en su rutina de todos los días. No es su culpa que tenga diabetes, pero sí es su responsabilidad ocuparse de su salud. Afortunadamente, hay muchas cosas que puede hacer para mantenerse sano. Cuando usted come, su cuerpo convierte los alimentos en un tipo de azúcar llamada glucosa. La glucosa le da a su cuerpo la energía que necesita para funcionar. Pero, para poder usar la glucosa como energía, su cuerpo necesita insulina. Se llama diabetes tipo 1 a la que se produce porque el cuerpo no puede generar la insulina, y se llama diabetes tipo 2 a la que tiene insulina, pero por el excesivo consumo de carbohidratos se desensibilizaron los receptores de glucosa y no la reconoce. Por ello el tipo 2 no usa insulina (inicialmente) como parte del tratamiento. La diabetes no tiene cura, pero se puede mantener bajo control. Si come una dieta saludable, hace actividad física y toma los medicamentos que le hayan recetado, podrá mantener su nivel de glucosa en la sangre dentro de los niveles saludables. Muchas personas con diabetes tienen una vida larga y sana. El equipo de profesionales que le tratan la diabetes le ayudará, pero el control diario de la diabetes depende de usted. Es usted quien debe: elegir qué, cuánto y cuándo comer, mantenerse físicamente activo, monitorearse el nivel de azúcar en la sangre (si su médico así se lo indica), tomar los medicamentos que su médico le haya recetado, acudir a sus citas y aprender todo lo que pueda sobre la diabetes. Ahora sabe algo más.