Según estimaciones del medio especializado Tom’s Hardware, cada consulta promedio a ChatGPT consume aproximadamente 0,3 vatios-hora (Wh) de electricidad. Aunque esto es una décima parte de lo que se estimaba anteriormente, sigue siendo un número considerable si se tiene en cuenta la escala de usuarios de la plataforma.
La preocupación por el impacto ambiental de la IA no es nueva. La Agencia Internacional de la Energía (AIE) proyecta que, para 2030, los centros de datos consumirán cerca de 945 teravatios-hora (TWh) de electricidad, lo que representa un aumento significativo con respecto a los 415 TWh actuales.
Además, los modelos de IA no solo demandan electricidad para funcionar, sino también para enfriar los servidores y evitar el sobrecalentamiento, lo que implica un consumo adicional de agua. Un informe de la Universidad de California reveló que hasta una respuesta de dos a tres palabras de la IA puede consumir entre 40 y 50 mililitros de agua en el proceso computacional.