En un operativo conjunto de alto secreto, fuerzas especiales de los Estados Unidos intervinieron en territorio venezolano para evacuar a cinco figuras de la oposición que permanecían refugiadas en la sede diplomática de Argentina en Caracas desde el 20 de marzo de 2024. La operación, desarrollada durante la madrugada, logró extraer a Magalli Meda, Claudia Macero, Omar González, Pedro Urruchurtu y Humberto Villalobos, todos ellos colaboradores cercanos de la líder opositora María Corina Machado.
La acción se habría llevado a cabo con la cooperación del gobierno argentino, que durante más de un año ofreció resguardo diplomático a los opositores. Según fuentes extraoficiales, los cinco evacuados fueron trasladados a una base estadounidense en una ubicación no revelada del Caribe, desde donde viajarán a Estados Unidos para solicitar asilo político.
Los evacuados eran blanco de una intensa persecución política ordenada por el régimen de Nicolás Maduro tras el fortalecimiento del movimiento opositor liderado por Machado. En marzo de 2024, luego de que la dirigente anunciara un nuevo plan de movilización nacional, el gobierno venezolano desató una ola represiva que incluyó detenciones arbitrarias, allanamientos y vigilancia constante sobre líderes de su entorno.
“Esta operación representa un mensaje claro: Estados Unidos y sus aliados no permitirán que la represión política se normalice en el hemisferio”, afirmó un funcionario del Departamento de Estado bajo condición de anonimato.
El gobierno venezolano aún no ha emitido un comunicado oficial, aunque fuentes cercanas al Palacio de Miraflores calificaron el hecho como “una violación flagrante de la soberanía nacional” y advirtieron de “graves consecuencias diplomáticas”.
La comunidad internacional, por su parte, ha comenzado a reaccionar. Organismos de derechos humanos como Human Rights Watch y Amnistía Internacional celebraron la liberación, pero alertaron sobre posibles represalias contra otros activistas aún en el país.
Este episodio reaviva el debate sobre la creciente tensión entre Caracas y Washington, y la forma en que actores internacionales comienzan a intervenir con mayor firmeza frente a la crisis política y humanitaria que se vive en Venezuela.