Lucía Jimena Carrizo, es licenciada en musicoterapia por la Universidad de Buenos Aires, con posgrados en Clínica de Niños y Adolescentes y una residencia en salud mental comunitaria en Esquel. Actualmente, se desempeña en el Hospital Zonal y en consultorio privado.
Según Carrizo, "la musicoterapia es una profesión de la salud que surge en la época de posguerra, que había que rehabilitar personas que habían ido a la guerra, soldados, había que rehabilitar tanto la parte física como la parte emocional". Desde ese origen ligado a la rehabilitación y la educación especial, sus campos de aplicación se han ampliado enormemente.
Hoy en día, la musicoterapia se aplica en diversas áreas de la salud. Si bien "una gran área que se desarrolló mucho en Argentina fue el área de la salud mental", su alcance también incluye rehabilitación, discapacidad, embarazo, cuidados paliativos, terapia intensiva e incluso neonatología.
La musicoterapia parte de la idea de que "es una profesión de la salud que vincula las experiencias con la música a los procesos de de salud de las personas". Se piensa que la interacción de las personas con la música refleja su forma de ser y de relacionarse con el mundo, buscando alternativas creativas para el bienestar.
Carrizo enfatiza que "la música se usa no como un fin en sí mismo", es decir, los pacientes no acuden para aprender a tocar un instrumento. En cambio, "nos importa el proceso que la persona hace con la música, el vínculo que genera con otros", utilizándola como herramienta para lograr objetivos terapéuticos. Por ejemplo, "en personas que tienen dificultades en la comunicación verbal, la música se usa para fomentar la comunicación", y para desorganización de conducta en padecimientos mentales, "se utiliza la música como un organizador".
"Cualquier persona puede hacer musicoterapia si algo de lo que le produce sufrimiento... puede ser expresado musicalmente", explicó Carrizo. Ella atiende a adolescentes, adultos y adultos mayores, y remarcó que "no hace falta tener una discapacidad" para acceder a esta disciplina, aunque sea un campo conocido.
Finalmente, la profesional destacó que la musicoterapia "es una profesión autónoma". Subrayó que "los musicoterapeutas tenemos una ley de ejercicio profesional que indica que es una profesión independiente. O sea, uno así como va el psicólogo o como va el médico cuando tiene algún padecimiento, puede ir al musicoterapeuta si cree que los podemos ayudar".
F.P