Ines Avilés, una vendedora ambulante, se ha convertido en un rostro conocido y apreciado en Esquel, ofreciendo sus elaboraciones propias en la Avenida Holdich y Lezana, frente a La Anónima. Con una propuesta que incluye panes, roscas, medialunas y bizcochuelos, Ines celebra la excelente acogida que ha tenido por parte de los vecinos.
"Me va perfectamente bien porque la gente acá es muy colaboradora", expresó Ines, destacando la generosidad de sus clientes. Agradecida con la comunidad, también extendió su reconocimiento a la Municipalidad, que le permite trabajar en la vía pública al tener sus impuestos al día.
Ines, quien llevaba doce años "encerrada" antes de comenzar con su emprendimiento, se mostró feliz de este nuevo capítulo.
"Estoy contenta, te imaginas de estar 12 años encerrada", comentó, haciendo alusión a cómo esta actividad le ha permitido reconectarse con la gente. A pesar de llevar tiempo en la ciudad, muchos clientes le preguntan sobre su origen, sorprendidos por no haberla conocido antes.
F.P