Frases tales como “sin barbijos respiras vidrio molido”, “Hay que acostumbrarse a vivir con esto” quedaron grabadas, pero también los gestos de solidaridad para los habitantes chilenos que llegaban a nuestra región después de haber perdido todo.
Poco sabíamos de del volcán ubicado a 10 kilómetros al noreste de la ciudad de Chaitén, ex capital de la provincia de Palena en la región de Los Lagos (Chile), en los primeros minutos de la emergencia hasta se ignoró su erupción, acreditándosela al Volcán Michinmauhida. Tal vez la escases de información fue la clave de las dificultades que se presentaron, ya que la comunidad deseaba saber cuáles eran las consecuencias a las que se enfrentaban y cuánto tiempo duraría la presencia de cenizas.
Fueron tiempos donde conocimos el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin) de Chile, transformándose en el portador de novedades, aunque durante varias semanas no fueron buenas.
Barbijos a precios exorbitantes, supuestas reuniones para evacuar la ciudad, venta de cenizas en frasco, y un cronista nacional de televisión tirándose ceniza encima antes de salir al aire…pasaron 8 años, Esquel salió adelante, el grisáceo paisaje es parte del pasado.