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El Boletín de Ongarato

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El intendente Sergio Ongarato, siguiendo lo hecho por el presidente Macri, ha calificado con un 6 o un 7 su primer año al frente de la Municipalidad de Esquel: aunque no mencionó si es como en la escuela, donde se aprueba con 7, o si se aprueba con otra nota.
La verdad es que este primer año no estuvo a la altura de las expectativas que se habían generado en los esquelenses. Después de estar tanto tiempo gobernada por Rafael Williams y el partido Justicialista, la comunidad quería ver lo que se pregonaba: un cambio.
Aire nuevo, ideas nuevas, gente nueva. Como consecuencia de la reelección constante, muchas veces sucede que la persona que ya aportó lo que tenía para aportar y dio lo que tenía que dar se presenta nuevamente a otro mandato. Esto sucede porque cuenta todavía con el consenso de la comunidad y debe responder ante sus militantes, quienes quieren mantener el poder, o ante sus colaboradores diarios, quienes quieren conservar sus trabajos.
Si pensamos que la salud, la educación, la seguridad, la construcción de viviendas y escuelas, las rutas y las grandes obras de infraestructura son compromisos exclusivos de la nación o provincia, las responsabilidades sobre las que el intendente debe llevar a cabo su trabajo no son tantas.
La tarea del intendente es la de gestionar y reclamar a nivel nacional y provincial para que a la ciudad se le asignen obras, servicios y recursos en la mayor calidad y cantidad posibles, y así lograr que nuestra comunidad disfrute de un nivel de vida superior. Además, el municipio debe administrar los fondos que recibe, recaudar las tasas e impuestos y con ello prestar los servicios que están a su cargo.
Si observamos la primera de las tareas, es allí donde el Intendente Sergio Ongarato se ha desempeñado mejor. Acompañado por el Ingeniero Sepiurka -cuya agenda y relaciones son envidiadas por más de un funcionario-, ha obtenido el compromiso de importantes fondos y obras para nuestra ciudad desde la nación. Uno de estos logros es, por ejemplo, el edificio nuevo para el aeropuerto.
A nivel provincial, el intendente ha tenido la virtud de mantener una buena relación con el gobernador Das Neves. Esto ha evitado situaciones como las que vivimos los esquelenses cuando el intendente anterior y el gobernador no tenían una buena relación y, por esa razón, las obras se demoraban o, finalmente, no llegaban. Esta postura inteligente ante el gobierno provincial (quizá allanada por la amistad que desde la adolescencia mantienen el licenciado y concejal Jorge Junyent y el gobernador) ha rendido sus frutos: se han adjudicado nuevos barrios de viviendas, se ha continuado con la obra del centro de encuentro, se han comprometido fondos para la revitalización del centro comercial de la ciudad y se ha programado la ampliación del hospital.

 

Las obras se distribuyen objetivamente: pero llevarse bien ayuda. Ongarato ha sido un buen gestor de los intereses de la comunidad de Esquel en este primer año.
Es en la segunda de las grandes responsabilidades que tiene el intendente donde no se han cumplido las expectativas: esto es, en la prestación de servicios que el municipio debe a la comunidad.

 

Este año, no existió ni existe una oferta cultural relevante. Mejorar culturalmente nos ayuda a crecer como personas, a pensar y ampliar nuestros horizontes. La oferta cultural es importante para una ciudad que quiere desarrollarse turísticamente. Estamos en diciembre, a días de comenzar la temporada de verano, y no existe un solo evento importante programado. La Secretaría de Cultura, de vacaciones.

 

Por otro lado, el área de Deportes ha sido un constante dolor de cabeza para el intendente: el último incidente fue la exhibición que un adulto hizo a unos niños de sus genitales en el vestuario del natatorio. Según importantes estudios y múltiples estadísticas, los casos de abuso sexual infantil entre 1946 y 2011 eran alrededor de 18,95 % hacia mujeres y 9,7 % hacia varones. Es decir, prácticamente una de cada cinco mujeres y uno de cada diez hombres han sido víctimas de abuso sexual infantil. Si separamos Argentina del resto del mundo, obtenemos un resultado de 19,1 % en población femenina y de 9,3 % en varones. La magnitud del problema posiciona al abuso sexual como un tema preocupante, que concierne a la salud pública, y los estudios afirman que la solución requiere de una adecuada capacitación profesional y de la implementación de programas preventivos y asistenciales. En términos más simples, los padres y madres confiaron lo más preciado que tienen, sus hijos, al secretario de Deportes de la Municipalidad, y esa confianza fue defraudada.
Además, en el área deportiva, el evento más importante del año fue el Campeonato Nacional de Fútbol de Salón, División de Honor, clasificatorio para el Campeonato Mundial de España. Tuvo lugar en el Estadio Municipal, pero se generó desde la Asociación de FutSal de Esquel: es decir, desde el ámbito privado, no desde la Secretaría de Deportes. Este evento se transmitió en vivo por TyC Sports, por lo cual las imágenes de Esquel se difundieron en las grandes ciudades de nuestro país y en los principales países de Sudamérica. Se presentaron 32 equipos de 20 personas y 10 periodistas; 650 personas que estuvieron más de una semana en nuestra ciudad, no solo jugando al fútbol, sino también usando los servicios y consumiendo los productos que ofrece Esquel, todo fuera de la temporada turística. Cuando se requirió ayuda del municipio, fue el propio intendente quien debió resolver y dar solución a los asuntos que su secretario de Deportes no atendía. Este domingo se inició el torneo nacional de fútbol infantil: en la inauguración estuvo el Intendente Ongarato; su secretario de deportes, ausente.

 

Otras responsabilidades son las de las secretarías de Obras Públicas y de Medio Ambiente. Es su deber lograr que la ciudad de Esquel esté habitable, sea atractiva para los turistas y, fundamentalmente, sea agradable para los que vivimos en ella. ¿Está linda la ciudad de Esquel? ¿Es así como queremos vivir?

Hace unos días, con la polémica generada por la falta de señalización de las calles, se decía que no puede hacerse todo junto y que los recursos se habían destinado a hacer bacheo. ¿Ha pasado por el arreglo que se hizo en Mitre y Avenida Ameghino? El intendente es Arquitecto, ¿lo habrá visto? Nadie barre las calles: tanto tiempo ha pasado que en algunos lugares las plantas crecen sobre el asfalto contra los cordones de las veredas. ¿Vio la plaza San Martín? Casi no queda césped, los monumentos están pintados con grafitis e insultos; hay escombros sueltos y las luminarias están rotas, cuando cae la noche está casi a oscuras.

 


El gobierno anterior había iniciado el riego por aspersión de las plazoletas. En algún momento se va a continuar con esos trabajos, ya que
están financiados con los fondos que aportará la provincia con la colocación de deuda que se hizo este año. Si tiene un minuto, vaya hacia el muñeco de nieve y doble hacia el centro de encuentro. Las zanjas para riego
están abiertas con montañas de tierra abandonada y pasto seco hace ya un año. Mire los yuyos y el deterioro de la obra de saneamiento del arroyo Esquel, o vaya a La Cascada. Cuando pase por las plazoletas que rodean el centro, preste atención a las veredas rotas, los bancos rotos, los escombros y la tierra amontonada.
Es cierto que un año no es mucho tiempo. No pueden esperarse grandes obras, pero ¿las pequeñas, las que muestran una actitud de cambio, las que pueden hacerse con poco dinero? Nos pasa lo de la fábula de la rana: como estamos en la ciudad todos los días nos acostumbramos y no nos damos cuenta. Ya sabemos cómo terminó la rana.

 

Si echamos una rana en una olla con agua hirviendo (a veces dicen agua muy caliente), esta salta inmediatamente hacia fuera y consigue escapar. En cambio, si ponemos una olla con agua fría (a veces dicen a temperatura ambiente) y echamos una rana, esta se queda tan tranquila. Y si a continuación empezamos a calentar el agua poco a poco, la rana no reacciona, sino que se va acomodando a la temperatura hasta que pierde el sentido y, finalmente, muere achicharrada.

 

Si se mira con atención, como vería alguien que hubiera estado de viaje durante un largo tiempo, el deterioro y el  abandono de los espacios públicos en el último año son notables. Si usted quiere a Esquel, esto duele.

 

Por último, la prensa debe asegurarse de que los actos de gobierno sean conocidos por el pueblo: es una de las garantías de la forma democrática y republicana de gobierno. Debe asegurar la transparencia y la posibilidad de observación. La adecuada divulgación de estos actos termina con la omnipotencia de las autoridades públicas que son, como es sabido, mandatarios del pueblo soberano, y este pueblo tiene derecho a saber qué hacen sus gobernantes. Como el Boletín Oficial municipal que solo publica ordenanzas y resoluciones en forma quincenal y casi no se distribuye y el digesto que se encuentra totalmente desactualizado, el único medio de divulgación de los actos de gobierno que tiene el municipio es la Secretaría de Prensa Municipal.
Son ampliamente conocidos los problemas que el área de prensa ha causado al intendente. Todavía resuenan las ruidosas salidas de quien fuera secretario de gobierno, Omar Mohuana, y de la ex subsecretaria de modernización del Estado Municipal, Karina Choi, quien atribuyó su pedido de renuncia a una maniobra encabezada por la encargada de prensa de la Municipalidad de Esquel, Andrea Rojas.
Estos incidentes no fueron los únicos. De hecho, lo ocurrido en los vestuarios del gimnasio municipal no fue difundido por prensa del municipio y solo salió a la luz un mes después, cuando lo hizo conocer el padre de uno de los damnificados. La encargada de prensa es la esposa del secretario de deportes de quien depende el gimnasio.

 

El intendente Sergio Ongarato lo sabe porque vio gobernar a su padre: una buena gestión requiere de un buen equipo, como le gusta decir a Cambiemos. Ubaldo Ongarato quedó en la historia de Esquel como un buen hombre y uno de los mejores intendentes, pero supo rodearse de un buen equipo. En él se hallaba el Ingeniero Filipini, que fue secretario de Obras Públicas; el Ingeniero Sepiurka, que fue secretario de Gobierno; o el licenciado Junyent, secretario de Hacienda, hoy todos concejales electos por el voto popular (algunos por segunda vez) después de haber pasado por la función pública.
Por más voluntad que se ponga, un intendente solo no puede resolver todos los problemas: se necesita gente que lo acompañe, que haga bien su trabajo y no lo haga verse mal. Es común elegir al inicio de una gestión a quienes más ayudaron a concretar lo que se había emprendido, en este caso la elección como intendente: pero llega un momento en que se debe evaluar el trabajo de cada persona y comenzar a pensar en la historia, no en los amigos.
Un siete significa aprobado, y eso está bien. Pero la comunidad de Esquel se merece un intendente que el próximo año obtenga un 10.

 

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