La ultraderecha asume la presidencia en Brasil por primera vez

A las 14:00, Jair Bolsonaro jurará como nuevo presidente de Brasil. Sus promesas incluyen terminar con la corrupción, solucionar el problema de la violencia y reparar la situación económica. El nuevo mandatario triunfó con una población ampliamente disgustada con la política anterior y es el primer presidente de extrema derecha desde el fin de la dictadura militar, hace tres décadas.

Esto marca un cambio completamente radical, ideológica y geopolíticamente. Su política económica es completamente liberal y será comandada por Paulo Guedes, economista de la escuela de Chicago. Los objetivos son abrirse al capital extranjero, realizar ajustes fiscales (no tan populares), reducir rigurosamente el tamaño y los gastos del estado, y privatizar en todas las áreas. Planea vender compañías estatales para recaudar hasta 257 mil millones de dólares, a fin de restaurar las finanzas.

El mayor desafío es la reforma al sistema de pensiones, que ayudará a reducir el déficit y a detener el aumento de la deuda pública. Además, habrá un acercamiento a Estados Unidos y un alejamiento del Mercosur, para que Brasil se coloque en el plano internacional. Por otro lado, Bolsonaro moverá la embajada de Brasil desde Tel Aviv a Jerusalén y, así, se declarará contrario al apoyo de una solución de dos estados para el conflicto palestino-israelí.

La siguiente medida es el bloqueo de las iniciativas para legalizar el aborto. Su ministra de la Mujer, la Familia y los Derechos Humanos es pastora del frente parlamentario evangelista, y Bolsonaro tiene un amplio respaldo de los sectores más conservadores, incluyendo estas iglesias. Esto marca una diferencia con el gobierno argentino, que propuso el debate para la legalización del aborto, y con Chile, que promulgó una ley de identidad de género.

El presidente también seguirá el ejemplo de Trump y retirará a Brasil del Acuerdo de París para contener el cambio climático. Desea construir hidroeléctricas en el Amazonas y abrir reservas de pueblos indígenas a la minería.

Es la primera vez durante los últimos 35 años en que Argentina, Chile y Brasil están gobernados por la derecha simultáneamente. También hay una derecha elegida por democracia en Paraguay, Colombia y Perú. La similitud principal es el modelo económico que pretende achicar el Estado, bajar el gasto e impulsar el empleo.