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La docente Cecilia d'Hiriart le respondió a su padre

Se difundieron dos escritos de la docente mendocina, expresando opiniones muy diferentes a las que sostiene Luis d'Hiriart. En uno de ellos le contesta directamente. 

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La docente mendocina Cecilia d'Hiriart publicó dos textos en los que se opone a la posición de su padre, Luis, con respecto a los reclamos de los maestros en Esquel y toda la provincia. En uno de ellos le responde directamente al jubilado:

 

Repudio públicamente las palabras del docente jubilado Luis d'Hiriart, mi padre. Rechazo su propuesta de plebiscito, y repudio sus fundamentos.
El conflicto en Chubut es un conflicto entre los trabajadores estatales y su empleador, el Estado provincial. El planteo de plebiscito pretende subordinar el conflicto laboral, a un mecanismo aparentemente más democrático donde los ciudadanos decidan por sobre los derechos laborales y sociales de un sector de la población. Así, con este instrumento se busca negar la decisión tomada democráticamente por los trabajadores de continuar sus medidas de lucha en tanto no se atiendan sus demandas. Lo que Luis d´Hiriart no logró aún, solicitando a la justicia que discipline a los trabajadores y estudiantes en lucha, pretende lograrlo apelando al disciplinamiento del número.
Rechazo y repudio con más énfasis aún sus argumentos. Porque agita la idea de que se está “en riesgo” por la “contaminación” que “está afectando directamente a los principios, valores, derechos, obligaciones, límites”… discurso, palabras y lógica casi literalmente tomada del panfleto que publicó en 1977 la dictadura genocida, “Subversión en el ámbito educativo (conozcamos a su enemigo)”, y que distribuyó a través del Ministerio de Cultura y Educación.
Humildemente apelo a que desde los espacios de reflexión, deliberación y lucha de los trabajadores y estudiantes, se combata ideológicamente contra estos mensajes que sólo buscan refritar un discurso nefasto, funcional a la política de pacto social y disciplinamiento que se gesta desde los intereses de los grandes acreedores y poderes económicos más concentrados del país.
Por el triunfo de la lucha de los trabajadores chubutenses.
Cecilia d´Hiriart. Docente.

 

El otro escrito, titulado "Educar en el 'no te metas' o educar luchando", es el siguiente:

 

El prolongado y extendido conflicto en Chubut ha sacudido profundamente a la población. Y somos muchos, y desde los intereses más antagónicos, quienes seguimos el conflicto a la distancia. En mi caso, porque estoy convencida que Chubut está mostrando crudamente lo que puede ser la realidad de una mayoría de provincias a la brevedad, si no lo es ya.

 

Tenemos mucho que aprender sobre la experiencia chubutense, sobre la firmeza que han mostrado los trabajadores de base, y sobre las vacilaciones que han mostrado sus conducciones jalonadas entre su compromiso con un cambio de gobierno por los carriles institucionales y la presión de la base que no está dispuesta a tolerar más ajuste y degradación de las condiciones de estudio y de trabajo. Quienes aprendimos no sólo de los grandes libros y las clases académicas, sino que lo vivenciamos en la dinámica y contradictoria realidad, que la historia es una historia de lucha de clases, nos asumimos hermanados con la lucha viva de los trabajadores de la educación y estatales chubutenses. Porque no será lo mismo nuestra realidad como trabajadores a futuro, si la lucha de Chubut es derrotada o si triunfa.

 

Pero también miran Chubut con preocupación quienes han asumido compromisos políticos con los acreedores internacionales, de pagar cada dólar prestado para financiar la bicicleta especulativa estos años. Los mismos que nos mandan a guardar a la casa hasta que hablen las urnas, y que anticipan ya que nos pretenden guardados 180 días más después del veredicto del cuarto oscuro, pese a que se dan a conocer números de la pauperización social que hace rato soportamos dolorosamente. Todos ellos miran Chubut, porque no será lo mismo cumplir sus compromisos con los acreedores y los grandes especuladores si la lucha de Chubut triunfa.

 

Como docente, leo también los discursos que increpan a quienes están en lucha, a los estudiantes que ocupan reparticiones, escuelas y se movilizan, a los padres. Discursos que denostan las organizaciones que a los trabajadores nos costaron sangre, sudor y lágrimas poner en pie, nuestros sindicatos, sin haber participado jamás en ellos. Discursos que ponen un signo igual entre conducciones sindicales y trabajadores de base, porque desconocen la viva lucha interna que existe en su interior. Y que, desde la más absoluta irresponsabilidad ante la realidad, porque no son parte del proceso vivo, quieren convencer de que el valor a transmitir por la escuela pública es el NO TE METÁS. Si el docente no cobra, NO TE METÁS, andá a la escuela a exigir que te den tu clase. Si los jubilados no cuentan con su obra social, NO TE METÁS. Si 4 de cada 10 personas están en la pobreza, NO TE METÁS, seguí con tu vida. La más burda apología del individualismo atroz, enmascarado en el discurso abstracto de altos valores, derechos y obligaciones, por fuera de toda realidad material y concreta.
A 43 años de la dictadura militar, afloran frente a la conflictividad social las viejas generaciones que se comieron el verso del NO TE METÁS y, con más o menos simpatía por el proyecto político de la dictadura, se formaron en el individualismo conservador a que dio lugar esa ideología. Hoy, llenos de resentimiento por ver que, pese a que la violencia del terrorismo de Estado barrió con una gran generación de luchadores obreros y de la juventud, pese a que se eliminó físicamente a una vanguardia forjada en años de experiencia de lucha social, obrera, colectiva, que condensaba toda una época rica de lucha de clases. Hoy, los trabajadores y una nueva generación de jóvenes, retoma esos métodos, acumula experiencia, es insolente con el orden social de explotación.

 

Los “militantes epistolares” del NO TE METÁS, una vez más, le exigen al Estado que se meta y discipline. Lo hicieron hace 43 años, y lo repiten hoy. Porque son ellos los que nunca aprendieron la lección. Bien les valdría volver a la escuela, no a enseñar, sino a aprender de quienes hoy están dando lecciones fundamentales.

 

Docente luchando, también está enseñando.

 

Cecilia d'Hiriart

 

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