El 4 de noviembre se celebra el Día de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), una fecha que conmemora la entrada en vigor de la Constitución de un organismo clave en la promoción de la paz, la educación, la ciencia y la cultura.
La UNESCO se fundó en un contexto de posguerra, en el que las naciones europeas, profundamente afectadas por la devastación del conflicto y la violencia racista y antisemita, buscaron una forma de fomentar la paz duradera.
En noviembre de 1945, durante una conferencia celebrada en Londres, representantes de varios países decidieron crear una organización que promoviera el entendimiento y la cooperación internacional a través de la educación y la cultura. Con el impulso de Francia y Gran Bretaña, la UNESCO entró oficialmente en funciones el 4 de noviembre de 1946.
Desde su creación, la UNESCO ha enfocado sus esfuerzos en áreas como la erradicación del analfabetismo, promoviendo que cada niño tenga acceso a la educación básica. Además, apoya la libre circulación de ideas a través de medios audiovisuales, fomenta la libertad de prensa y trabaja en la preservación de la diversidad cultural mundial. Estos objetivos reflejan la misión fundamental de la UNESCO: promover un mundo donde la educación y el conocimiento permitan a las sociedades avanzar en paz y en respeto mutuo.
Además, la UNESCO desempeña un papel crucial en el desarrollo de políticas científicas y la protección de los derechos humanos, como la libertad de expresión, un pilar fundamental para la democracia. A través de normas internacionales, la organización impulsa el intercambio global de conocimientos, facilitando así el crecimiento y el progreso en diversos campos.
E.H