La política económica implementada por el presidente Javier Milei trajo consigo la eliminación de subsidios y la liberalización de los mecanismos de control de precios en diversas actividades, dejando el mercado interno, especialmente el de combustibles, sin protección. Esta decisión resultó en un incremento notable de los precios de las naftas en los surtidores, lo que provocó un desplome en la demanda.
Según un informe de la consultora Economía & Energía, publicado en Ámbito.com, el aumento de los precios en Argentina dejó a los combustibles más caros que en países limítrofes como Chile, Bolivia, Paraguay y Brasil. En el primer semestre de 2024, el precio de los combustibles en surtidor se ubicó un 12% por encima en términos reales comparado con el mismo período del año anterior.
A pesar de que el precio de la nafta en Argentina se situó a 1,13 USD por litro en julio, superando a Brasil (1,07 USD), todavía está lejos de Uruguay, donde el precio alcanza 1,94 USD. En el caso del gasoil, Argentina ocupa el segundo lugar más caro de la región, con un precio de 1,23 USD por litro, solo por detrás de Uruguay.
El impacto de estas decisiones se vio reflejado en un contexto de contracción de salarios reales, lo que lleva a una disminución de la demanda de combustibles durante los primeros seis meses del año. En mayo, las ventas de naftas cayeron un 6,6% interanual, aunque las de gasoil registraron un aumento del 1,7%.
La caída más pronunciada en las ventas se observó en las naftas grado 3, conocidas como "premium", que experimentaron una disminución del 22% en el acumulado de 2024 en comparación con el año anterior.
O.P