Los chinchulines, una achura emblemática en las parrillas argentinas, fueron catalogados como el peor plato del país según esta publicación. En el podio también se encuentran el riñón y la morcilla, dos elementos tradicionales de la gastronomía asadora.
Taste Atlas, conocido por su recopilación de opiniones sobre comida a nivel mundial, basó su elección en varios factores, siendo la técnica de cocción el principal motivo para la baja calificación de estas achuras. Según la revista, "los chinchulines se asan a alta temperatura, resultando en un exterior quemado y crujiente que estalla al morderlo. Se sirven únicamente con sal y limón. Aunque algunas personas los adoran, muchas otras los detestan". Este método de cocción lleva a que los chinchulines ocupen también el puesto 12 en el ranking de las peores técnicas de cocción globales.
Sin embargo, esta evaluación fue cuestionada por algunos parrilleros argentinos, quienes afirman que la preparación descrita por Taste Atlas no refleja las prácticas más comunes en el país. En Argentina, es raro encontrar chinchulines rellenos de ajo y perejil antes de asarlos, una técnica mencionada por la revista. Además, muchos parrilleros prefieren macerar los chinchulines en jugo de limón con sal, pimienta y ajo antes de asarlos a fuego medio, finalizando con un toque de fuego fuerte para dorarlos adecuadamente. Esta preparación puede contrastar con la imagen negativa que Taste Atlas presenta.
En el ranking de Taste Atlas, el riñón ocupa el cuarto lugar y la morcilla a la parrilla el séptimo, siendo descritos como platos problemáticos por su preparación y características. El riñón, según la revista, es un “trozo de despojo de carne de res” que requiere una limpieza exhaustiva antes de asarlo y un remojo previo en agua, vinagre o jugo de limón. La morcilla, por su parte, es vista como una salchicha precocinada que solo necesita ser calentada en la parrilla.
Taste Atlas, conocido como la Wikipedia de la gastronomía, recopila información de comidas y restaurantes a nivel mundial a partir de valoraciones de usuarios y críticos especializados. La publicación asegura que sus rankings evitan la influencia de reseñas fraudulentas y se basan en una extensa base de datos de opiniones reales.
O.P