- Por Lelia Castro -
“El Grupo de Búsqueda y Rescate nace por iniciativa de unas 5 o 6 personas que teníamos distintas capacitaciones en montaña, en agua, en distintas actividades y decidimos formar un grupo para ver cómo podíamos ayudar a la comunidad”.
“Para mí es un estilo de vida,” nos cuenta Juan Carlos, uno de los fundadores del grupo, con la voz llena de convicción, recordando cómo hace más de 20 años, un puñado de gente con distintas capacitaciones, en montaña, agua, primeros auxilios y más, decidieron unir fuerzas para aportar a la comunidad. Fue en 2004, cuando respondieron a las inundaciones del río Chubut, el inicio de un camino que no ha dejado de crecer.
“Nosotros nos estamos capacitando constantemente”.
En sus inicios, eran apenas siete u ocho personas, cada una con un talento especial: “Había gente que trabajaba en agua, buzos, otros venían de la montaña, algunos como yo del ejército, profesores de educación física”. Esa diversidad se transformó en un equipo homogéneo que hoy lleva 22 años de experiencia, siempre listo para la búsqueda y rescate de personas en situaciones de riesgo.
“Aparte de nuestra formación dentro del rescate, somos docentes de Educación Física”.
Según comenta Ezequiel, desde el año 2020 el grupo está conformado como una ONG: “Lo que nos permitió eso es estar oficializados como grupo y poder hacer un montón de estos trabajos que antes venían siendo complicados de realizar por la falta de seguros, por la falta de una responsabilidad civil”. Sin embargo, tienen muchos gastos como ONG que deben afrontar, por este motivo trabajan en diferentes actividades o brindan capacitaciones.
“Lo que hacemos nosotros es organizarnos para poder ir a brindar esas capacitaciones. En algunas tenemos la posibilidad de conseguir equipos e insumos para el grupo, y en otras no, son simplemente ad honorem y lo hacemos de todo corazón”.
Cada integrante del grupo pone su tiempo y sus conocimientos al servicio de una causa siempre mayor. Gracias a esta consciencia y amor por los demás, hoy están equipados y con insumos para cualquier emergencia. Sin embargo, comenta Ezequiel, también ponen a disposición sus propias pertenencias como lo han hecho en el incendio, que cada uno llevó su propio vehículo para ayudar.
“Algo que nos mueve mucho como grupo es cuando pasa algún tipo de evento, el tener empatía con los familiares que están preocupados por sus parientes, por sus conocidos”.
La llegada de un rescate se vive con una mezcla de adrenalina y responsabilidad. Así nos explican el proceso: “En un principio lo que hacemos es recibir la alerta, a través de cuatro personas del grupo. De ahí convocamos al grupo para ver quién está disponible. Una vez que tenemos eso, nos juntamos con Defensa Civil, nos ponemos al día con lo que hay que hacer y nos ponemos de acuerdo en cómo va a ser el operativo”. La búsqueda y el rescate no son actos solitarios, siempre es un trabajo conjunto, donde cada especialidad tiene su lugar, ya sea montaña, agua o comunicaciones.
“Nosotros lo que hacemos es el mantenimiento básico de la vida. Con los medios que tenemos, tratamos de sacar rápidamente a la persona para dejarla en manos de Salud”.
En el terreno, el grupo despliega su estrategia rápidamente y siempre comparte su trabajo con otras instituciones que también están prestando ayuda, como Bomberos o el Ejército: “Es todo un trabajo mancomunado con las demás instituciones, nunca trabajamos solos”. Una vez halladas las personas, su prioridad es la evacuación rápida y brindar primeros auxilios básicos hasta entregar a personal médico.
“Hace 30 años ya que nos conocemos”.
El vínculo entre ambos comenzó cuando Juan Carlos le dio sus primeras clases de primeros auxilios a Ezequiel. Aún hoy siguen capacitándose en equipo y mantienen una relación que trascendió al trabajo y se convirtió en una amistad. La humildad con la que cuentan su heroico trabajo esconde un compromiso profundo, que crece con cada capacitación, con cada práctica, y con cada historia de vida salvada.
“No nos conocen mucho, pero estamos. Por ahí no somos un grupo que está todos los días en la calle, no tenemos nuestros vehículos con un parche en la puerta, pero bueno, nosotros estamos”.
“La sociedad de Esquel y Trevelin nos da cosas todos los días, y nosotros estamos para retribuir todo esto,” concluyen, porque saben que detrás de cada búsqueda hay una familia, un ser querido esperando por algo que ellos trabajan incansablemente por brindar.
“Es una familia”.
Para comunicarse con el grupo y conocer más a fondo su labor, pueden encontrarlos en Facebook e Instagram como “Búsqueda y Rescate Esquel-Trevelin”. También aparecen en redes como “BIR Esquel-Trevelin”. Además, Juan Carlos y Ezequiel invitan a quien esté interesado en sumarse al grupo y aprender de estos grandes héroes silenciosos.
Agradecemos enormemente tanto a Juan Carlos como a Ezequiel y a todo el grupo de rescatistas que siempre ponen su vida y sus conocimientos para ayudar a la comunidad. Esta entrevista es un pequeño agradecimiento por su entrega.