En el marco del Día del Automovilismo Deportivo, que se celebra cada 17 de julio, una figura local que encarna la pasión por los fierros compartió sus experiencias. Oscar Parisi, un nombre conocido en el ámbito motor de Esquel, nos cuenta su trayectoria y el profundo significado que este deporte tiene en su vida.
Parisi, quien compitió en Fiat 600 de tierra entre 1994 y 2000, relata su regreso a las pistas 22 años después, incursionando en el karting. Su vínculo con los motores es viene de familia: "Desde la cuna que vengo con el automovilismo, mi viejo siempre fue preparador de autos, así que nací con eso y para mí el automovilismo es todo, es mi pasión".
La intensidad con la que vive cada carrera, incluso a través de la televisión, es palpable: "lo vivo como si estuviera adentro, es algo me pone la piel de gallina". A pesar de su devoción, su carrera se desarrolló principalmente en Esquel. "Nunca pude ir a correr afuera, siempre corrí en auto acá en Esquel por una cuestión de que era lo que me alcanzaba y generalmente corría fiado", explica. Su única experiencia fuera de la localidad fue una carrera de karting en Trelew.
Respecto a su incursión en el karting después de más de dos décadas, Parisi confiesa que fue algo inesperado. "Por unos amigos que en principio me llamaron para ver si me conseguía un chasis porque me prestaban un motor para correr", relata. Su incredulidad inicial de manejar un karting se transformó rápidamente en acción: "le digo, no, quedé yo en karting, no voy a correr... y me compré un karting directamente, me lo compré y fui a correr, así fue que empecé a correr en karting, nunca se me hubiera ocurrido correr en karting".
F.P