Un reciente informe advierte que el Mundial de 2026 podría ser el último en celebrarse en Norteamérica bajo el calendario de verano actual, debido a las altas temperaturas. El estudio, titulado Pitches in Peril (Campos/Canchas en Peligro), revela que la mayoría de las sedes ya presentan condiciones inseguras para los jugadores, lo que podría poner en riesgo la salud y el rendimiento en futuros torneos.
El informe, elaborado por Football for Future, Common Goal y Jupiter Intelligence, utiliza el índice WBGT para determinar los días de juego seguros. Este es un índice para evaluar el estrés térmico que sufre una persona por el calor ambiental. Se hacen diferentes mediciones de temperatura y se consideran variables como la radiación solar, la humedad y el viento, entre otras cosas. Su objetivo es prevenir riesgos para la salud, especialmente el estrés por calor, diseñando medidas preventivas adecuadas.
Desde la Confederación Argentina de Deportes, comparten que según estas proyecciones, ciudades como Houston ya enfrentan 51 días "injugables" al año debido al calor extremo, una cifra que podría casi duplicarse para 2050, alcanzando los 92 días. Este escenario no solo afecta a las sedes norteamericanas, sino que también pone en evidencia desafíos en otras regiones. Por ejemplo, el estudio proyecta que el estadio Santiago Bernabéu en Madrid, posible sede del Mundial 2030, podría enfrentar un severo estrés hídrico que afectaría la seguridad del riego y la estabilidad del campo de juego. Este tipo de análisis destaca la necesidad de adaptar la infraestructura y los calendarios deportivos para enfrentar los efectos de la crisis climática, asegurando la viabilidad de los eventos deportivos a gran escala en el futuro.
E.B.W.