La ciudad de Cipolletti vivió una tarde de extrema tensión tras confirmarse la fuga de dos presos considerados peligrosos, quienes lograron evadirse de la Comisaría 4° con una maniobra tan simple como efectiva: romper un candado, trepar una reja y desaparecer hacia un descampado lindero.
Los protagonistas de la fuga son Carlos David “Peke” Peña, acusado por el homicidio de Bruno Joaquín Antical en Costa Sur, y Martín Emanuel Kovalow, detenido por robos agravados. Ambos aprovecharon un momento crítico en la guardia interna para ejecutar un plan rudimentario pero certero.
Según las primeras informaciones, los internos violentaron el candado de una reja interna, accedieron al patio de la comisaría y, valiéndose de su gran altura —Peña mide 1,80 metros y Kovalow 1,95—, treparon hasta el techo con rapidez. Desde allí saltaron hacia el descampado ubicado sobre calle Roca, un sector oscuro y sin circulación, ideal para perderse en cuestión de segundos.
Una vez que alcanzaron el techo, el resto fue cuestión de segundos. Saltaron al baldío contiguo y desaparecieron sin dejar rastros, lo que evidencia lo vulnerable que resultó la estructura de seguridad del edificio policial frente a una acción tan básica como forzar un candado.
Vecinos de la zona aseguran que el descampado suele tener malezas altas y áreas poco iluminadas, una combinación que favorece la evasión y dificulta la detección inmediata.
Cuando el personal policial constató que los dos detenidos no estaban en sus celdas, se activó un amplio operativo cerrojo en distintos puntos de Cipolletti y en rutas de acceso a localidades cercanas. Participan móviles de la Brigada, patrulleros y unidades especiales que intentan reconstruir el recorrido de los prófugos.
La fiscalía de turno fue notificada de manera inmediata y se esperan nuevas medidas judiciales en las próximas horas para reforzar la búsqueda. Hasta el momento, no se difundió información oficial sobre avances en la localización de los fugados.