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18 de Noviembre de 2018
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Esquel: por vender dólares falsos, un albañil hará 300 horas de trabajo comunitario

Francisco Chiguay le vendió 58 mil dólares apócrifos a un comerciante de Esquel. Lo detuvieron cuando se iba de la ciudad. Confesó su culpa pero no quiso revelar quién le proveía la moneda trucha porque recibió amenazas y “por temor que le pase a su familia”.

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Por vender dólares falsos en Esquel, un albañil deberá hacer 300 horas de trabajo comunitario gratuito en una institución de bien público. Caso contrario irá tres años a prisión. Se trata de Francisco Emiliano Chiguay. El Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia consideró probado que el 7 y 8 de mayo de 2014 le vendió 58 billetes falsos de cien dólares al comerciante José Manuel Rodríguez, en el local de la víctima, a cambio de 58 mil pesos argentinos, de curso legal.

La tarde del 7 de mayo Rodríguez estaba en su local de compraventa y reciclado de metales con dos amigos. Llegaron dos hombres, uno de 35 años y el otro más joven, ofreciendo dólares a diez pesos. Aceptó. Chiguay “sacó de sus prendas un envoltorio y le dio 2.800 dólares en billetes de 100; los cuenta, sus amigos los palpan y afirman que son reales”. Buscó los pesos en su casa y le pagó 28.000. Los dólares estaban envueltos con el papel de una compra de poxilina en Comodoro. “Le pareció raro porque el muchacho le dijo que era de El Bolsón”.

Al día siguiente Chiguay volvió. Le vendió 3.000 dólares a cambio de $ 30.000. Rodríguez le dio su número fijo para que lo llame si conseguía más dólares. “Un amigo del Banco le dijo que eran falsos, le comentó a un policía amigo e hizo la denuncia”. No recuperó los pesos y nunca antes había comprado dólares.

Chiguay fue detenido en el ingreso a Trevelin. Se halló en el parasol del lado del conductor dos billetes de cien dólares y otros 2.500 en la cartera de su mujer, Yanina Centeno. Todos falsos. En el juicio confesó y se mostró arrepentido. “No confeccionó los billetes sino que los compró en el estado que se encontraban. Quien se los vendió le dijo que los cambiara en la cordillera en sitios determinados, se reserva decir dónde y a quién los compró porque recibió amenazas y por temor que pase algo a su familia”.

Las escuchas telefónicas revelaron cómo operaba. Según el juez Enrique Guanziroli, “surgió su propósito de sondear la avidez de terceros por obtener la moneda extranjera, -que a la postre resultaría falsa-, en diferentes comercios del interior provincial, a cambio de dinero nacional de curso legal, en valores más o menos equivalentes”.

Se detectó a un sujeto de apellido Báez, quien por teléfono orientó “su afán del intercambio para obtener los pingües beneficios en la conversación con incautos compradores, cómo buscarlos, dirigirse, ofrecer en venta a cambio de pesos nacionales, mediante pequeñas entregas o muestras”. Cuando la falsedad era inadvertida repetía la operación por montos mayores.

“El acusado entregó y expendió los dólares estadounidenses apócrifos, a sabiendas de su falsedad y logrando su beneficio económico”, subraya la sentencia. “La buena fe de Rodríguez en ambas ocasiones fue evidente y se desprende porque pagó fuertes sumas de moneda nacional de curso legal por los billetes falsos extranjeros que se le entregaban, perjudicando además su propio patrimonio”. Según el perjudicado y sus amigos testigos del intercambio, “en contacto con los engendros a simple vista les parecieron verdaderos”. Su “buena fe y credulidad” lo llevaron a comprometerse en una tercera compra de dólares falsos. No se concretó porque “descubrió la falsedad y formuló la denuncia penal”.

La División de Investigaciones de la Policía de Sarmiento ya había informado que el 6 de mayo –antes de la venta- una moza había visto a Chiguay en un pub de la ciudad “bebiendo y alardeando con gran cantidad de billetes y fajos de dólares”. Los datos fueron recibidos por la División de Investigaciones en Comodoro Rivadavia, que ya tenía escuchas donde Chiguay hablaba de dólares falsos. Sabían que iba a Esquel “con supuestos afanes delictivos”. Cuando Rodríguez denunció que había recibido dólares falsos de Chiguay, el caso cerró para su detención.

Los mensajes que constan en las causa reflejaron la intención: “Che, me vine justo, tuve que sacar unos dólares que tenía”, “Si pasan, vendéle más”, “¿No sabés quien me puede cambiar unos dólares?”, “¡Está saliendo todo como piña!”, “El tema es que no me lo están cambiando a once ni a diez, me lo están cambiando un poquito menos”, “Los billetes entraron como caballos, todos a full”, “Ya hice la onda para colocarlos a todos”, “Los voy a llenar de verdes”, “Si no saltó la ficha andá nomás y cambiale todo lo que más puedas”, “Me quiero quedar por las dudas que no los cambie todos, si los llego a cambiar todos voy a rajar a la mierda enseguida”.

“Fue la advertencia de Rodríguez de que estaba siendo víctima de un delito, que comunicó a una persona de su confianza –explica la sentencia-, la que desencadenó la intervención de la autoridad y llevó a la detención del presunto responsable y al allanamiento de su morada ya consumado el ilícito”.

Chiguay tiene el antecedente de una condena a un año de prisión en suspenso por tentativa de hurto simple. Y el juez tuvo en cuenta el lugar elegido para el delito: “Una ciudad aislada en la región cordillerana y su gravedad, para resentir las relaciones sociales basadas en la buena fe y en la confianza entre los habitantes, dañando el tejido social comunitario y además, el perjuicio patrimonial irrogado a la víctima”.

 

Fuente: Diario Jornada - Rolando Tobarez

 

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