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“Era impensado, solo nosotros lo creíamos posible”

Lo destacó Rodrigo Peláez, quien señaló además que “fue una victoria que comenzó a gestarse en el mes de abril de este año”

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Es el padre de la criatura. Es la persona que le dio la confianza necesaria a “Coco” Muñoz para que la bandera de Gualjaina flamee en Tokio. Siempre trabajó en silencio y los resultados vinieron solos. O mejor dicho, ellos lo buscaron.

 

Dejaron de lado los problemas económicos, dejaron de lado las quejas y trabajaron con las pocas o muchas fortalezas que tenían.

 

Siempre agradecidos a todos, jamás con tiempo para recriminar a quienes con algo de poder le quisieron cerrar las puertas. Esquel tiene una particularidad, todos ponen un granito de arena y con toda esa arena se construye el castillo de los sueños, de este sueño olímpico, que después de tres intentos en menos de ocho meses se hizo realidad.

 

El primero de ellos, fue el pasado 7 de abril en Rotterdam, Holanda, con un tiempo de 2hs 15min 48seg; luego llegó el Maratón de Buenos Aires (donde Joaquín Arbe logró el pase a los JJOO 2020), en el mes de octubre donde “Coco” quedó a solo 50 segundos de la marca mínima, marca que la pudo conquistar (y abrazar como una novia) el domingo pasado en Valencia con un tiempo de 2hs 11min 23 seg, es decir 7 segundos más rápido de la marca que se pedía para estos Juegos.

 

Tanto Eulalio “Coco” Muñoz, como “Lalo” Ríos, Martín Ñancucheo, Karina Neipán o muchos otros tienen el mismo concepto sobre Rodrigo Peláez: “nosotros le hacemos caso, si él dice que lo podemos hacer, lo hacemos y listo”.

 

Sin preguntas, sin cuestionamiento, con mucho de perseverancia y planificando todo con las herramientas que se tiene, para ser los mejores.

 

“Coco” Muñoz ganó el pasaporte a los Juegos Olímpicos de Tokio, pero el estratega, el mentor, el que nada pide y todo da, es Rodrigo Peláez, el padre de la criatura olímpica.

 

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