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05 de Abril de 2024
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Colocaron un rastreador satelital a una especie de ballena “amenazada”: qué esperan saber

Es conocida como “Sei”. Lo realizaron el 2 de abril. Por eso la bautizaron “Malvina”. Fue víctima de los cazadores que la convirtieron en una especie en extinción.

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Científicos y comunicadores especialistas en la materia lograron colocar con éxito un rastreador satelital a una ballena Sei, una especie en extinción que habita con algo más de 2.000 ejemplares llegan al Golfo San Jorge entre junio y diciembre. Esto permitirá saber mucho más sobre la especie. Se espera poder colocar más rastreadores. Este tipo de ballenas mide 19 metros y pesa alrededor de 28 toneladas. Al igual que la Franca Austral se alimenta del Krill y puede permanecer debajo del agua entre 5 y 15 minutos. Pueden vivir hasta los 65 años y también fueron víctimas de los cazadores por eso es una especie considerada como “amenazada”.

 

Los investigadores y el equipo de filmación para la National Geographic habían salido en dos embarcaciones a la mañana temprano desde la playa de Rada Tilly. Hasta el mediodía recorrieron la costa del Área Natural Protegida Punta Marqués hacia el Sur, guiados por las respiraciones que se registraban fuera del agua. Frente a playa Bonita, 4 km mar adentro, pudieron realizar con éxito la compleja maniobra que implica colocarle el transmisor a una ballena. A los nervios y la ansiedad, siguió la alegría y la emoción de estar abriendo paso a una investigación pionera. El primer gran día de esta expedición había terminado. Dado que el operativo fue el 2 de abril, la ballena lleva el nombre que correspondía a tal fecha: “Malvina”.

 

Como parte de la ambiciosa expedición de National Geographic en Chubut a cargo de Jumara Films, que tendrá a Rada Tilly como epicentro hasta el 20 de abril, los documentalistas registrarán cada avance de la colocación de otros seis transmisores en las ballenas. Las filmarán desde el aire, tierra y bajo el agua, con el objetivo de recabar información sobre esta especie en peligro de extinción de la que tan poco se conoce. Hace unos pocos años se descubrió que más de 2.700 animales entran al golfo San Jorge para alimentarse, no hay registro de otras poblaciones de esta especie que permanezcan tan cercanas a la costa en el mundo. Llegan al golfo en diciembre y permanecen aproximadamente hasta junio.

 

La información que brinden los transmisores permitirá conocer hacia dónde viajan, el área por la que se mueven, dónde permanecen, a qué velocidad se desplazan y qué profundidades alcanzan, entre otros datos. La transmisión de información se realiza vía satélite, varias veces al día.

 

Mariano Coscarella, es el investigador a cargo del operativo, el equipo se completa con Marina Riera, Santiago Fernández, tres estudiantes y seis colaboradores. Todos científicos de la Facultad de Ciencias Naturales y Ciencias de la Salud, de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco (UNPSJB) y el CONICET. Forma parte del equipo una embarcación de Bottazzi Whale Watch, dedicada hace años al avistamiento de ballenas francas en Puerto Pirámides, liderada por Miguel Bottazzi, quien cuenta con una gran experiencia en la navegación con ballenas. Se suman, además, embarcaciones locales de apoyo del club Neptuno y el piloto de drone de Punta Marqués, Daniel Lucchetti.

 

“Nosotros habíamos trabajado con National Geographic en otras oportunidades. Para ellos las ballenas Sei son muy interesantes porque es una especie de la que se conoce muy poco. Durante todo 2023, trabajamos para conseguir la financiación para el proyecto de colocación de transmisores y el documental”, cuenta Coscarella sobre cómo comenzó a gestarse este proyecto que hoy es una realidad.

 

La ballenas Sei es una de las especies que llegaron al borde de la extinción cuando las cacerías estaban permitidas. La investigadora Marina Riera, que se encuentra terminando su tesis doctoral sobre esta especie en el golfo, relevó datos históricos que dan indicios de que hasta la década de 1930 estas ballenas estaban presentes en el golfo y después de las cacerías desaparecieron. En la actualidad, gracias a las medidas de protección, la población está comenzando a recuperarse.

 

Otra particularidad señalada por Coscarella es que esta población de ballenas sei del golfo San Jorge permanece muy cerca de la costa, cuando en general es considerada oceánica. Desde Punta Marqués, pueden avistarse hasta 70 ejemplares al mismo tiempo. “Evidentemente están regresando al lugar donde estaban antes y es excepcional porque no hay registros en los que la ballena sei esté tan cerca de la costa, se ve que este lugar le es propicio, también por eso se las cazaba dentro del golfo” señaló el investigador.

 

El proyecto de investigación de esta especie en Punta Marqués comenzó en 2019 cuando nada se sabía sobre las ballenas que se acercaban a nuestras costas. Gracias al apoyo de los municipios de Rada Tilly, Comodoro Rivadavia, Pan American Energy y de la Fundación Azara pudieron conocer en qué época del año llegaban las ballenas, de qué especies principalmente se trataba y cuáles eran sus comportamientos.

 

La ballena sei es el tercer rorcual más grande del mundo después de las ballenas azul y fin. Las tres especies se caracterizan por tener una aleta dorsal y pliegues en la garganta. Pueden medir entre 12 y 18 metros de largo y pesar más de 20 toneladas.

 

Son grises con el vientre blanco y su cuerpo es alargado. Son veloces y muy raramente muestran la cola, se alimentan de pequeños crustáceos y peces. Se las puede observar en grupos de hasta 10 individuos, y en zonas de alimentación pueden formar agregaciones de hasta 60 individuos.

 

 

 

 

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