RED43 red43-canal Especiales RED43
04 de Agosto de 2024
red43-canal |

De Misiones al mundo, Ángel y el recorrido de la yerba Piporé

Conocemos a Ángel Horrisberger, ex empleado de la Cooperativa de yerba Piporé quien, aún hoy, es considerado una pieza imprescindible para el desarrollo y el éxito del que goza esta reconocida marca de yerba mate argentina.

Escuchar esta nota

 

- Por Lelia Castro -

 

 

Ángel Horrisberger tiene 77 años y es técnico industrial. Estuvo a cargo de la parte de mantenimiento mecánico y personal de Piporé por alrededor de 40 años hasta el momento de su jubilación. De todas maneras, nos cuenta, siempre encuentra algo para hacer dentro de las instalaciones, y así, nunca deja de trabajar de eso que tanto le gusta. Y es que Ángel reconoce a la empresa como parte fundamental de su vida. 

 

“Nací hace casi 78 años, acá en Misiones. Mi abuelo casi fue argentino porque vino desde Suiza con 2 años. Tengo dos hijos contadores, y mi esposa se jubiló como docente y directora de escuela primaria”.

 

Para la Cooperativa, el trabajo que Ángel todavía realiza tiene un valor inestimable, tanto es así que a modo de reconocimiento el museo en el que tan cálidamente nos recibió tiene un salón en su honor. 

 

“Esto se reconstruyó hace más de 12 años. Me tocó a mí juntar las máquinas de la basura, reacondicionarlas y volverlas a instalar. El consejo de administración quedó tan conforme que me honraron poniendo mi nombre a este salón que está atrás mío”.

 

Ubicado dentro del departamento de San Ignacio en la provincia argentina de Misiones, Santo Pipó es la cuna de la reconocida yerba Piporé. Ángel nos explica que en guaraní “pi” significa pie, mientras que “po” es manos y “re” es huellas. De esta manera entonces, Piporé significaría: “huellas de pie y mano”, y aludiría a la leyenda de un cacique guaraní que logra escapar de un ataque y alcanza a los Jesuitas que le dieron asilo. 

 

“Piporé como Cooperativa tiene 91 años y pasó de lo que ahora se denominan sociedades anónimas, que eran una sociedad de colonos venidos de Suiza la mayoría. Trajeron la idea del cooperativismo de Europa, entonces de entrada se organizó como Cooperativa”. 

 

Productores de Yerba Mate de Santo Pipó es una Cooperativa de yerbateros que surge en el año 1930 gracias a un grupo de inmigrantes suizos que se asentaron en esa localidad. En sus comienzos, la Cooperativa procesaba yerba para otras marcas pero en 1960 se decide crear Piporé y comercializar en Argentina y en el exterior. Actualmente, la yerba Piporé es una de las marcas más consumidas en nuestro país -y especialmente en la Patagonia-, además es muy popular en países como Siria o el Líbano. 

 

“Casi la mitad de la producción va a países árabes. Ellos toman mate igual que nosotros pero con una diferencia: cada tomador tiene un mate y una bombilla, no comparten. En Siria y Líbano es  una de las yerbas que más se consumen, igual que en la Patagonia”.

 

Tanto es el consumo de la yerba mate Piporé en estos países que la Cooperativa se enfrentó a un problema de falsificación del que tuvieron que hacerse cargo y buscar una solución.

 

“Ellos le agregaron una letra ‘n’ y se controló ese problema. Nosotros sacamos un paquete plastificado, al poco tiempo ellos también sacaron un paquete plastificado. Entonces después se hizo un contrato con un industrial en Siria: se lo abastece con bolsas de 50 kilos y ellos fraccionan y controlan que no se falsifique”. 

 

Ángel nos explica que la yerba mate es originaria de esta zona del país, es decir, de toda la provincia de Misiones y el noroeste de Corrientes, parte de Paraguay y de Brasil. El árbol de yerba se encuentra en estado natural en el monte o en la selva, pero su producción a gran escala conlleva grandes dificultades que se fueron solucionando con ayuda de las comunidades originarias y de los Jesuitas. 

 

En primer lugar, señala Ángel, es muy difícil lograr la reproducción del árbol. En estado natural, sólo la semilla que pasa por el estómago de los pájaros germina, de eso se dieron cuenta los padres jesuitas y dieron así origen a los primeros yerbales artificiales. Sin embargo, esta técnica se perdió cuando fueron expulsados. Hoy en día se utilizan otros materiales que emulan esta corrosión y permiten el crecimiento del árbol. 

 

“Cuando vinieron los primeros colonos a esta zona, que fue 130 años después de que se fueron los Jesuitas, los colonos que eran todos europeos sembraban y sembraban pero no lograban que germine, hasta que ensayando lograron redescubrir esa técnica, mejorándola inclusive: se lava con soda cáustica o agua hirviendo o se hace fermentar con agua, tratando de imitar lo corrosivo del estómago de los pájaros”.

 

Además, nos cuenta que aunque es originaria de climas subtropicales cuando se la planta hay que ponerle una pantalla para que les haga sombra porque el sol las quema. “En el monte, en la selva está protegida la planta” señala Ángel. Aunque el proceso de crecimiento es arduo, la gran ventaja de esta planta es que dura más de 100 años produciendo. 

 

“Cuantas más hojas finas tiene la mezcla, más fuerte es el mate. Y cuando tiene más hojas gruesas y palo, más suave”. 

 

Ángel nos cuenta que además de la yerba Piporé, la Cooperativa también envasa la yerba Mulita: “Tiene menos estacionamiento y más palito, dentro de lo que permite el código alimentario argentino, eso hace que llegue al público más barata”. 

 

“La yerba es considerada alimento por la Organización Mundial de la Salud por la cantidad de elementos nutritivos que tiene. El gaucho tomaba mate y comía carne, no se le puede decir que era un debilucho. La yerba es un elemento nutritivo. La información nutricional que tienen los paquetes ahora dan una idea de la importancia que tiene”. 

 

Entre los beneficios que nos aporta el consumo de yerba mate se puede señalar que mejora la actividad cerebral, es antioxidante, energizante y diurético, también aporta calcio, vitaminas y minerales. Además, y quizás lo más importante, se ha convertido en el compañero por excelencia de cada argentino. 

 

A modo de reflexión final, Ángel quiere saludar a todos los chubutenses por ser grandes consumidores de Piporé, además retoma las palabras de un político de nuestro país que en una ocasión dijo: “Cada argentino debe producir por lo menos lo que consume”, y del “Martín Fierro” que “el trabajar es la ley”. A partir de ellos nos aconseja que “aquel que tiene la suerte de conseguir trabajo de lo que le guste, desde ese momento deja de trabajar y se empieza a divertir”, como él que a sus 77 años se sigue divirtiendo. 

 

 
 

 

 

¿QUÉ TE PARECIÓ LA NOTA?
Ocurrió un error