La lectura de la declaración como imputado colaborador de Ernesto Clarens aportó detalles sobre un mecanismo de recaudación que, según su testimonio, operó durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner. Afirmó que su rol consistía en recibir aportes de constructoras, convertirlos en dólares y entregarlos a José López o a los contactos que este indicara.
Clarens ubicó el inicio de su participación en 2005, tras una reunión con Carlos Wagner en la sede de la Cámara de Empresas Viales. Señaló que representantes de firmas del sector acudían periódicamente a sus oficinas para entregar fondos calculados como un porcentaje de lo facturado, normalmente cercano al 10%. Mencionó montos semanales equivalentes a unos USD 300.000, que luego cambiaba en el mercado informal.
Indicó que los pagos se realizaban en distintos puntos de la Ciudad de Buenos Aires y que Daniel Muñoz coordinaba los lugares de entrega. Afirmó que la “Camarita” le proporcionaba información sobre licitaciones, sobreprecios y adjudicaciones, y que las empresas definían entre sí quiénes competirían y qué valores ofertarían.
Según su declaración, tras la muerte de Néstor Kirchner, el esquema se desactivó, y estimó que durante su intervención circularon unos USD 30 millones. Añadió que Cristina Fernández de Kirchner pidió asistencia para la empresa GOTTI y que, en 2012 y 2013, algunas constructoras aportaron fondos para campañas políticas, que él también entregó a López.
Finalmente, sostuvo que parte del dinero se trasladaba en aviones oficiales hacia Santa Cruz y que era almacenado en una bóveda en la residencia de los Kirchner en El Calafate. Todo lo declarado será considerado por el tribunal en el avance del juicio.
R.G.