Cada diciembre, la imagen de Papá Noel recorre el mundo como símbolo de regalos y buenos deseos. Sin embargo, su historia dista mucho del paisaje nevado del Polo Norte. El personaje tiene raíces reales y su origen se ubica en Patara, una antigua ciudad de Licia, en lo que hoy es Turquía.
El hombre que inspiró esta tradición fue Nicolás de Patara, nacido a fines del siglo III. Su vida estuvo atravesada por el dolor desde muy joven: quedó huérfano tras una epidemia que se llevó a sus padres. Lejos de aferrarse a la riqueza heredada, decidió destinar su fortuna a asistir a quienes más lo necesitaban, especialmente a los pobres y a los niños.
Con el paso de los años, Nicolás fue nombrado obispo de Mira (actual Demre), donde se ganó un profundo respeto por sus actos de generosidad y compromiso social. Su fama trascendió fronteras y siglos, transformándose con el tiempo en distintas versiones culturales: desde Sinterklaas en los Países Bajos hasta Santa Claus en Estados Unidos, y Noel Baba en Turquía.
Así, la figura que hoy protagoniza la Navidad en todo el mundo nació de una historia real de solidaridad, fe y entrega, muy lejos del hielo y los renos, pero cerca del espíritu que aún hoy se celebra.
R.G.