El juez Gustavo Lleral ordenó la nulidad y destrucción de las escuchas telefónicas realizadas a Sergio, hermano de Santiago Maldonado, a la mamá del conocido “Testigo E”, a un amigo del joven y a una mujer vinculada a la comunidad mapuche. Advirtió que eran inconstitucionales e inconvencionales.
La intervención se realizó sobre los teléfonos de Sergio Maldonado, hermano de Santiago; Claudia Pilquiman, mamá de Lucas Pilquiman conocido como Testigo E; Ariel Garzi, amigo de Santiago; y Marcela Anarda Stocovaz, vinculada a la comunidad mapuche.
El magistrado fundamentó su decisión en que las escuchas resultan “abiertamente inconstitucionales e inconvencionales” ya que los teléfonos intervenidos pertenecían a personas que no eran sospechosas de ningún delito.
Las intervenciones fueron puestas en marcha por la Dirección de Captación de Comunicaciones del Poder Judicial, a partir de una orden del anterior juez federal de la causa Guido Otranto, quien hizo lugar a una solicitud de la fiscal federal Silvina Ávila.
La resolución del juez Lleral dejó trascender que hasta el 30 de septiembre se intervinieron y conservaron las conversaciones mantenidas por estas personas a través de sus teléfonos celulares.
Ahora el magistrado determinó que el resultado de las escuchas no tiene validez judicial, será destruido y no formará parte del expediente.
En un extenso documento, el Juez fundamenta que la intervención de los aparatos se opone a las libertades y derechos que corresponden a un grupo de individuos que no estaban sospechados de ningún delito.
El Juez Federal fustiga duramente la actuación de Otranto a lo largo de las 22 páginas de su escrito. “...si acaso se admitiera y tolerara una amplia discrecionalidad incondicionada del Estado para interceptar las comunicaciones telefónicas privadas de los ciudadanos, so pretexto de encontrar a una persona desaparecida o de investigar un presunto delito, se produciría un escenario de desconfiguración constitucional, en el que los principios fundamentales inherentes a la dignidad y libertades de los hombres quedarían sumergidos en la más impiadosa orfandad y el más atroz desamparo”, concluyó.
Fuente: Clarín