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Las fotos del Amazonas en llamas y las claves de la catástrofe ambiental

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Hay alrededor de 10000 incendios simultáneos en el Amazonas destruyendo la vegetación tropical. Desde agosto de 2015, se han provocado más de 9500 incendios en Brasil, principalmente en esta zona, que declaró recientemente el estado de emergencia. El humo se expandió miles de kilómetros esta semana, llegando hasta Argentina.

 

Solo durante este año, hubo más de 74000 incendios en Brasil, más del doble que en todo 2018 y 83% más que en el mismo periodo del año pasado.

 

El Amazonas es la selva tropical más grande del mundo y cumple un papel crucial para mantener los niveles de dióxido de carbono estables. Se lo llama "el pulmón del planeta", y produce el 20% del oxígeno en la atmósfera de la tierra.

 

Además de los incendios, la selva amazónica tuvo una deforestación récord el mes pasado. Solo en julio, se taló y quemó un área de dos veces el tamaño de Tokio.

 

Los científicos están alarmados porque, si desaparece gran parte del Amazonas, la selva completa podría convertirse en un hábitat desértico, similar a la sabana africana. A medida que el bosque se reduce, disminuyen los niveles de humedad, lo que a su vez retroalimenta la pérdida de bosque, por lo cual pasado un umbral no habrá vuelta atrás. En el proceso, se liberarían 140 billones de toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera.

 

Este mapa muestra todos los incendios de Brasil desde el 13 de agosto de 2019.

 

Fuente: Instituto Nacional de Investigación Espacial, Global Forest Watch

 

Los satélites de la NASA también tomaron imágenes de todos los incendios:

 

NASA

 

Los incendios están conectados directamente a la deforestación, ya que los agricultores queman el bosque intencionalmente, a fin de generar espacio para la cría de ganado y los cultivos.

 

En julio, hubo un récord histórico de la mayor deforestación en el Amazonas en un mes: se perdieron 1345 kilómetros cuadrados de selva.

 

Esto equivale a dos veces la ciudad de Nueva York.

 

Los datos de los satélites brasileños indican que cada minuto, en julio, se destruyó el equivalente a tres canchas de fútbol.

 

Durante la estación seca del Amazonas, los incendios pueden comenzar por fuentes naturales, como rayos de tormentas.

 

Normalmente, esa estación va desde julio hasta octubre, con un máximo a fines de septiembre. El clima húmedo durante el resto del año minimiza el riesgo de incendios en los demás meses.

 

Sin embargo, las temperaturas más cálidas y las condiciones secas relacionadas con el cambio climático hacen que estos incendios naturales e intencionales sean imposibles de controlar.

 

El calor y la sequedad hacen que las llamas y el humo sean mayores de lo normal.

 

En total, los incendios recientes generaron una capa de humo de aproximadamente 3 millones de kilómetros cuadrados.

 

A partir del lunes, el humo se expandió desde el Amazonas a los estados de Pará y Mato Grosso, y llegó a cubrir el sol en São Paulo, a más de 3000 km.

 

El Amazonas es una fuente de vida para nuestro planeta, ya que sus plantas y árboles producen el 20% del oxígeno de la tierra.

 

Si se queman o se cortan suficientes árboles del Amazonas, podría pasar un punto de quiebre, en que desaparecería por completo y de manera irreversible.

 

En este escenario, la selva se convertiría en un hábitat similar a la sabana africana.

 

Esto significaría un desastre para la flora y fauna amazónica, pero también provocaría la liberación de 140 billones de toneladas de dióxido de carbono almacenado en nuestra atmósfera.

 

Ese dióxido de carbono calentaría aún más el planeta.

 

Brasil controla una gran parte del Amazonas, pero el presidente de ese país, Jair Bolsonaro, declaró que proteger la selva no es una de sus prioridades.

 

Bolsonaro, incluso, apoya proyectos como una autopista y una presa hidroeléctrica en el propio Amazonas.

 

Su administración también redujo el embargo de madera obtenida ilegalmente. En 2018, el gobierno brasileño había embargado 25 mil metros cúbicos de madera, pero en mayo de 2019 solo se habían embargado aproximadamente 40 metros cúbicos.

 

Entre enero y mayo, el gobierno de Bolsonaro también redujo la cantidad de multas cobradas por la minería y la deforestación ilegales (34% menos que en el mismo periodo de 2018) y redujo el monitoreo de actividad ilegal en la selva.

 

Bolsonaro señaló que es una época del año donde los agricultores incendian áreas intencionalmente, en un ciclo llamado "queimada".

 

También sugirió, sin evidencia alguna, que las organizaciones no gubernamentales están incendiando la selva adrede para dañar su reputación.

 

El humo ya llegó al norte de Argentina y en los próximos días se espera que cubra Buenos Aires. El gobierno de nuestro país ofreció ayuda a Brasil y Bolivia para combatir los incendios, según los compromisos asumidos en el Acuerdo de París sobre Cambio Climático y en el Convenio de Diversidad Biológica.

 

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