05 de Junio de 2021
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Historias en Sepia: El paso de Aresto Masaccesse por Esquel

Aresto Masaccesse era empresario de la construcción en Bariloche y llegó a Esquel en el 1937, para trabajar en las dependencias del Regimiento 21. Tuvo a su cargo techos de galpones y viviendas de oficiales, hoy del Barrio de Suboficiales

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Aresto Masaccesse era empresario de la construcción en Bariloche y llegó a Esquel en el 1937, para trabajar en las dependencias del Regimiento 21, recién arribado. Tuvo a su cargo techos de galpones y viviendas de oficiales, hoy del Barrio de Suboficiales, una larga serie de chalets de piedra al estilo del arquitecto Bustillo.

 

 

Aresto se quedó definitivamente en Esquel.

 

 

Sus talleres estaban sobre la calle Alberdi, a metros de la Avenida Ameghino; hasta hace poco tiempo se conservaban aún las estructuras. Se dedicaba a fabricación de cañerías, herrería y carpintería de la construcción, azulejos y otras cuestiones menores.

 

De ideas socialistas, siempre trató de mantener las mejores relaciones posibles con su gente. Su hijo Cacho recordaba que, de niño, Aresto lo llevaba a centros socialistas en Buenos Aires a escuchar conferencias; allí pudo conocer gente respetada en esos ámbitos, como Enrique Dickman y Nicolás Repetto.

 

 

También había trabajado en la década del ’30 como Inspector de Obras en el Ministerio de Obras Públicas de la Nación; como tal, estuvo en Tierra del Fuego y en Viedma en sendos penales. En esta última ciudad conoció a su esposa y con ella fue a Roca y a Villa Regina.

 

 

En Esquel también trabajó levantando el edificio de la Policía, sobre las calles Mitre y Rivadavia, y en el de la Asociación Española, construido con el innovador diseño del ingeniero Zabaleta, en particular su techo cónico sin columnas.

 

 

Fuera de Esquel, intervino en una maravilla edilicia, extraña en esos tiempos y lugares: el Hogar Escuela de Languiñeo, la Escuela con Internado Isabel K. de Staudt, que hace ya muchos años ha dejado de funcionar. Esto le valió ser llamado para supervisar las obras de otras escuelas similares en Chubut. En esos años trajo cerca de cincuenta oficiales del ramo directamente desde Buenos Aires.

 

 

En 1946, Don Aresto, sorpresivamente, vendió todo, liquidó la empresa, sin ganar demasiado dinero por ello, y se dedicó a la madera: dirigió un aserradero Río Percy arriba, cerca de la mina Huemules. También se dedicó a la orfebrería y trabajos artesanales con metales; los trabajaba con gubias y cinceles y presentó obras en exposiciones de Buenos Aires.

 

¿Por qué dejó ese recorrido de constructor con buenos resultados? Según si hijo, el alemán Staudt le insistía que trabajase con él para construir nuevos establecimientos, ahora en campos de la provincia de Buenos Aires; para ello, debía ir con su familia y sus hijos tenían que estudiar en otras tierras. Pero le adeudaba dinero y esto lo usaba para presionar su definición. Aresto se negó y además le hizo un juicio que, con la defensa del Dr. Julián Ripa, ganó al tiempo. En Esquel, un comandante del Regimiento, en nombre de Perón (con quien mantenía ciertos contactos el alemán Staudt), también lo presionaba a aceptar el ofrecimiento del millonario. Cansado de tales demandas, Aresto dejó su empresa.

 

 

Aresto era un artista en potencia: dibujante y actor de teatro. Participó en varias obras a beneficio en un cuadro de aficionados a las “tablas”. Y estuvo ligado a los inicios del Club Andino, explorando el cerro y esquiando con otros vecinos.

 

 

Aresto había nacido a bordo de un barco italiano en las costas de Brasil; lo inscribieron en San Pablo, en 1901. Falleció en Esquel en diciembre de 1979.

 

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