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25 de Julio de 2021
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Historias en Sepia: Ervedo Rossi, el constructor del Monolito

Fue concejal de Esquel y era albañil. Era requerido por los vecinos para hacer pozos de agua potable.

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En una nueva entrega de "Historias en Sepia" con el profesor Jorge Oriola, te contamos la historia de Ervedo Rossi: un albañil, mosaiquero, productor cervecero, concejal y el constructor del Monolito que hoy está en Fontana y Ameghino.

 

 

 

Ervedo Rossi era italiano. Había nacido en la península en 1981 y falleció en Buenos Aires en 1942. Tuvo una larga trayectoria en la zona, no solo en Esquel sino también en la zona rural, debido a esa especie de actividad o forma de trabajar polifacética. El hombre era una persona inquieta. Hablando del trabajo, Rossi se encargaba de muchísimas tareas de la construcción. Tuvo trabajo de constructor, albañil y un taller de mosaicos. Una mosaiquería cerca del Arroyo Esquel.

 

 

 

Rossi compró maquinarias para fabricar cerveza y creó una cervecería de fabricación propia que se llamó la Ítalo Argentina. 

 

Lo llamaban de cualquier lugar de Esquel porque no había obras de la nación, ni agua corriente. Ni agua para consumo masivo. Había que hacer pozos. Ervedo Rossi se dedicaba a hacer este tipo de pozos en el ámbito urbano y era muy requerido.

 

Fue al interior haciendo trabajo rural de cultivo y riego. Inventó una rueda para elevar el agua del riego y tuvo la suerte de que pasó un investigador de una famosa revista porteña y le realiza una nota muy descriptiva de la inventiva de Rossi, sino también de lo fructífera noria para regar con agua del río Chubut.

 

Ervedo Rossi fue el constructor del monolito de Fontana y Ameghino. Muchos pasan por ahí y no solo saben. Ese monolito recuerda los 50 años de la llegada del Coronel Fontana con esa primera expedición que vino desde el valle inferior del Río Chubut en noviembre de 1885. El grupo se llamó Los Rifleros del Chubut.

 

Para recordar la llegada de Fontana, en Esquel se coloca el monolito el 25 de noviembre de 1935. En esas fecha también se inauguró el puente sobre el arroyo Esquel.

 

Hay una nota que recuerda a Ervedo Rossi y dice que fue atacado, denunciado por haber utilizado materiales de la municipalidad para hacer ese monolito y haber cobrado. Él aclaró que como era concejal se ofreció a hacer el monolito, pero por la función pública se abstenía de cobrar algún dinero.

 

La historia de Ervedo Rossi:

 

 

Italianos en Esquel

 

La nómina de italianos o hijos jóvenes de italianos en Esquel es extensa, no todos se afincaron de manera definitiva. Atilio Tornitori, Godofredo Stortini, Luis Bontempo, Santiago Policriti, fueron dedicándose a actividades varias, pasándose por el comercio y la construcción. Stortini ofrecía por la prensa leña de chacay y leña de ñire. Tornitori poseía un almacén de comestibles y bebidas en la calle 25 de mayo esquina Alvear. Alvear en este momento, principio siglo XX en Esquel, era apenas un suburbio, de la mano de en frente hacia arriba donde ahora podemos encontrar el edificio de Escuela 76, el edificio de correo, el edificio de Banco Nación, y todos esos barrios obviamente poblados, muy urbanizados, antes era en esos inicios, zonas de quintas. Las manzanas medianamente ocupadas por algunos edificios eran precisamente las de la avenida diríamos de abajo donde están hoy en día el banco provincia y numerosos edificios que van continuando esa mano totalmente urbanizada. 

 

Policriti tuvo una casa de comestibles y despacho de vino y cerveza que se llamaba El Tropezón, en Alvear frente a la oficina de Tierras. Ya entrados en la segunda decada del siglo, arribó Antonio Muggiano, el primer recolector de residuos del pueblo, también sepulturero. Junto a Freddo y Deltirol, arribaron Alfonso Valloya, Antonio Borsella, Raul Troisi, Franciso Marinello, Yuse Peturinetti, Rosario Polipi, Juan y Aníbal Tantinione, Luis Fregonara, Juan Romeccari, Carlos Siciliano Marinari, dedicados todos tanto al comercio como a la construcción. Valloya poseía una carnicería y fiambrería llamada "El Buen Churrasco".

 

Bautista Carozo llegó solo en 1910 y dos años más tarde se unieron a él su esposa y dos hijas. Para los años 20, una vez instalados en Esquel, se dedicó a la construcción. En esos momentos, en la década del 20, arribaron Santiago Bombelli y Domingo Crescenzi. El primero se emplea como albañil, y el segundo como chofer de camiones del servicio postal a ingeniero Jacobacci. Acá hay que hacer un pequeño desvío aclaratorio. La mayoría sino todos estos inmigrantes venían a buscar trabajo, y venían a buscar no solo un ámbito de paz, sino un lugar donde poder desarrollar sus vidas de manera armónica, de manera pacífica y sobre todo trabajando. El caso distinto fue el de Crescenzi, que vino también por todos esos motivos, obviamente, es distinto porque viene huyendo por razones ideológicas, por razones políticas, del fascismo italiano, discordante con Mussolini, decide emigrar precisamente por razones políticas.

 

Hacia 1923 arriba Octavio Mangani, un argentino hijo de italianos que fue inspector municipal de tránsito y también el que dirigió la banda de música del pueblo, o uno de los que dirigió la banda de música. En la década del 30 arribarán mas italianos, todos relacionados con oficio de albañileria. Gino Tarpessi, Aresto Massacese, Atilio Landi, Jose Alessandrini, Armando Di Prinzio, Nereo Schiavi, Hermenegildo Pasquini y Primo Forniconi. Y hay más, en la segunda oleada, después de la segunda guerra mundial, llegaron otros que los vamos a recordar también en su momento.

 

 

 

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