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Morena Flores, cuando la alumna le gana al maestro

Tiene apenas 11 años. Un diamante en bruto dentro del ajedrez cordillerano

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Es la hermana menor de Enzo. Pero Enzo sabe que Morena jugará mejor que él en un futuro inmediato.

 

La familia Flores respira ajedrez. Horas y horas analizando jugadas donde la tecnología es parte de vida, aunque a veces la plata no alcanza para seguir jugando, seguir investigando, seguir estudiando.

 

A la edad de Morena, quien hoy tiene 11 años, Enzo no sabía jugar al ajedrez. Siendo adolescente, aquel joven tímido por cierto, donde se escondía detrás de su capucha y de un corte de pelo bastante particular, encontró en el ajedrez su mundo, su ventana al mundo.

 

 

Y terminó siendo algo más que un proyecto, un jugador sólido, de vastos conocimientos y capaz que derrotar “al más pintao”.

 

Siendo adolescente llegaron los Juegos Evita y ya en toda la provincia tenían un cabal conocimiento de este joven jugador.

 

Pero Enzo redobló la apuesta y se dio cuenta que puede dejar un legado, a pesar de su juventud.

 

Morena tiene 11 años, es la hermana menos de Enzo. Su alumna fiel.

 

 

“Ella será mejor que yo”, dijo Enzo. “Es más, yo a los 11 años ni siquiera sabía mover la piezas”, destacó además.

 

La jovencita está en la tercera categoría del Círculo de Ajedrez de Esquel y su última gran victoria fue ante Enzo Huenelaf, el joven de 13 años de El Bolsón, quien ganara semanas atrás el torneo desarrollado en Cholila, con asado y todo.

 

Lo triste sería que Morena tenga un corset, un límite o un techo, producto de la vida. Es que para ser grande en el ajedrez se necesita tener una disponibilidad económica que la familia no tiene.

 

Tener una beca municipal o provincial. Tener un teléfono con mayor capacidad. Tener un buen servicio de internet en su casa, tener la computadora de Conectar Igualdad.

 

Poder viajar, pagar cursos, competir. Para todo ello se necesita plata.

 

No hace falta escribir en estas líneas lo que bueno que significa para el desarrollo de la persona saber jugar al ajedrez.

 

 

“yo le gané a Enzo Huenelaf porque jugué concentrada”, destacó Morena.

 

Y la concentración, bien aprendida por cierto, le sirve, para la vida, para la escuela, para la universidad.

 

Saber jugar al ajedrez significa conocer de táctica y estrategia. La vida misma tiene mucho de táctica y estrategia.

 

Será momento de apuntalar a esta jovencita y que la falta de plata no la deje volar y que solo sea un buen talento perdido.

 

Hay mucha gente que tiene la vida solucionada. El estado mismo debe tener los recursos suficientes para no cortarle el sueño a esta jovencita. Será cuestión de poner la mano en el bolsillo y darse cuenta que uno, con un pequeño acto, puede cumplirle el sueño a Morena, de ser la mejor jugadora infantil de ajedrez. Ella tiene el talento, solo habrá que acompañarla. Y tiene que ser ahora, antes que se pierda.

 

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