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09 de Septiembre de 2022
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Muerte de Isabel II: Cuando Menem viajó a Reino Unido junto a su hija Zulemita

Un encuentro lleno de curiosidades: chistes, tango y un gran banquete.

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A finales de octubre de 1998, el expresidente Carlos Saúl Menem visitó la ciudad de Londres en una gira oficial acompañado por su hija Zulema María Eva, en su rol de primera dama que ocupó luego de la separación de su padre con Zulema Yoma. Fue el primer mandatario argentino que pisó el Reino Unido luego de la guerra de Malvinas de 1982.

 

 

A los responsables del ceremonial les preocupaba la llegada de Carlos Saúl debido a las posibles licencias que con su hija podía llegar a cometer frente a las autoridades británicas y, sobre todo, en presencia de la reina Isabel ll. Sin embargo, el riojano, fiel a su estilo, pudo colocarle un poncho a Isabel II y hasta bailó tango en una recepción masiva.

 

 

El entonces presidente, su hija y la comitiva que los acompañó se alojaron en el Hotel Claridge’s, con una muy buena ubicación en Brook Street. Desde allí partieron aquel 28 de octubre de 1998 hacia la sede de la monarquía local, la postal característica de Inglaterra.

 

 

 

Pasado el mediodía de ese día, la comitiva integrada por cinco vehículos oficiales, y algunos más de custodia, llegaron a un patio de recepción en donde se encontraba esperando la reina y su marido, el príncipe Felipe, duque de Edimburgo. Como corresponde en cada visita oficial, cada coche llevaba la bandera argentina, pero en este caso representaba algo más, teniendo en cuenta el conflicto sobre las islas del Atlántico Sur.

 

 

Sin embargo, se habló poco de ese tema debido a que el almuerzo presentaba otros condimentos. Esos no eran temas que la reina tocara con los mandatarios. 

 

 

En aquella ocasión, el expresidente argentino llevó un traje a rayas y su hija un tailleur de color blanco diseñado por Elsa Serrano. La Casa de Windsor admite formalidad y el vestuario era una parte fundamental de aquel evento. Carlos Saúl y Zulema sabían que se trataba de un encuentro de suma importancia y que no debía haber margen para errores. Siguiendo los protocolos, se les aclaró a los dos que en ese momento solo tenían que darle la mano a la reina. A Zulemita le dijeron que no podía darle un beso, aunque este fuera en la mano. Mientras que a Menem le ordenaron que debía dirigirse a Isabel ll siempre con el “Su Majestad” e inclinarse apenas para saludarla. Ambos fueron muy correctos y no hubo ningún error.

 

 

 Zulemita se encontraba detrás de su papá para poder saludar a la reina. Luego de la bienvenida, todos ingresaron a la residencia. Lo primero que hicieron fue dirigirse al patio de honor para que Menem, junto con el príncipe Felipe, pudiese pasar lista a la Guardia Real. La reina y Zulemita observaron el acontecimiento y luego cantaron el Himno Nacional Argentino.

 

 

Dentro del palacio, la corona ubicó en una mesa a los 12 invitados argentinos y a los locales. Los responsables de la embajada argentina en el Reino Unido trabajaron delicadamente para que se cumplieran las normas inviolables.

 

 

En el almuerzo también participaron Eduardo Menem, Alberto Pierri, el embajador Rogelio Pfirter, el canciller Guido Di Tella, el secretario general Alberto Kohan y el gobernador de San Juan, Jorge Escobar. La reina estuvo acompañada por su consorte, los secretarios privados, el encargado de Latinoamérica en el Foreign Office y el embajador en Buenos Aires.

 

 

Isabel lI, como correspondía, manejó todo el almuerzo. Cuándo comenzar a comer, los tiempos entre un plato y otro, y cuándo se daba finalizada la reunión. Ella dedicó el primer plato a Menem. El plato constaba de unas croquettes de Homard con salsa Newburg (pescado). Luego siguió otro plato que contenía carne asada con papas y arvejas. Durante el primer plato, los comensales debían conversar con quien se encontraba a su derecha. Luego, con el segundo plato, debían hacerlo con la persona que se encontraba a la izquierda. Así, garantizaban charlas individuales y agradables.

 

 

 Guido di Tella, protagonizó uno de los momentos más simpáticos del almuerzo. Había comentado que tenía una nuera inglesa e inmediatamente la reina aseguró: “Es lo que hay que tener”.

 

 

Al finalizar la comida, el mandatario argentino se atrevió a sacar el tema Malvinas, a pesar de la incomodidad que esto generó en los presentes incluida la reina. “Usted no es el mismo presidente de aquella época”, le contestó la reina. Y el riojano le dijo: “Señora, miremos para adelante”.

 

 

Previo a esta conversación, Kohan había mencionado lo lejanas que eran para el Reino Unido esas tierras australes. Fue el consorte de Isabel ll quien le sugirió que “los argentinos deben seducir a los isleños”. Entonces, el secretario general le respondió que Argentina cuenta con el seductor número uno: el flamante Presidente de la Nación. Todos sonrieron y atravesaron el momento poco protocolar, pero con alto valor político.

 

 


 

Momento incómodo

 

Lo que quedará de recuerdo de aquella histórica jornada es el momento en el que el argentino le dio los obsequios a la reina: un cuadro de la pintora Leonora Von Eldemberg con una imagen ecuestre y un poncho de vicuña para Felipe de Edimburgo. La reina elogio la textura de aquella prenda. Menem le contó que él utilizaba eso en lugar de sobretodo. Se lo colocó a la reina con total desparpajo y delicadeza y ella sonrió aunque se notaba su incomodidad.

 

 

Otro momento memorable fue cuando al final de la gira, Carlos Menem bailó tango en la cena de despedida con la orquesta de Mariano Mores sonando en vivo.

 

El evento se llevó a cabo en el Banqueting House. Antes de bailar, el presidente arrojó: “A partir de ahora, lucharán juntas las comunidades del Reino Unido y la Argentina para preservar la paz, la democracia, la libertad y la plena vigencia de los derechos humanos”.

 

 

Continuó bailando junto a una bella bailarina y alrededor estaban los invitados, funcionarios y periodistas argentinos y locales. En ese momento dijo: “No me podía negar a la invitación del Maestro Mores ni a ejecutar la danza de mi país”.

 

 

El Tengo 01 regresó con la comitiva a la Argentina con los objetivos cumplidos.

 

 

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