La fiscal María Bottini, a cargo del caso del crimen de Alejandro Ernesto Olenik, solicitó una prórroga de seis meses más para completar la investigación debido a la necesidad de realizar una pericia comparativa de ADN. Esta prueba, esencial para determinar la compatibilidad del ADN encontrado en la escena del crimen con el de la imputada, Beatriz Giorgi, no pudo llevarse a cabo en los laboratorios locales y debió ser enviada a Buenos Aires. La complejidad técnica y los procedimientos rigurosos de toma de muestras son los que están causando demoras.
El caso se remonta al 17 de septiembre del año pasado, cuando se encontró a un Alejandro Olenik fallecido en el edificio AJURPE, en cercanías al hospital de Esquel. Aunque inicialmente se pensó que la muerte había sido un suicidio, circunstancias sospechosas llevaron a iniciar una investigación más profunda. Se descubrió que la víctima no tenía conexiones aparentes con el entorno donde fue encontrado.
Las pruebas forenses revelaron que la causa de muerte fue la presencia de lidocaína en su sangre, una sustancia anestésica. Además, se determinó que la última persona en tener contacto con Olenik fue Beatriz Giorgi, madre de Miguel Ángel Sáenz de Zumarán, quien está condenado por el homicidio de Federico Copponi. La pericia caligráfica confirmó que Giorgi había escrito cartas relacionadas con el caso Copponi.
Giorgi fue detenida el 27 de octubre y permanece en prisión preventiva. La fiscalía está preparando el escrito para presentar la prueba reciente y otros elementos que refuercen el caso. Se espera que esta evidencia sea determinante durante la etapa preliminar al juicio, donde se definirán las pruebas que se presentarán ante el jurado popular.
O.P