Franco y Natalia decidieron abrir las puertas de su fábrica de medialunas artesanales en el mes de febrero. La apertura aquel día fue un éxito total, según recuerdan, y les permitió afianzar el emprendimiento con más fuerza y ganas.
A seis meses del comienzo de la fábrica en el local de Rivadavia N° 670, nos recibieron para contarnos en detalle sobre la producción de las medialunas y cómo es el trabajo que desarrollan a diario.
Los comienzos de una medialuna única
Franco y Natalia se conocieron mientras trabajaban en el rubro de la gastronomía. Luego comenzaron un proyecto juntos, que fue la puesta en marcha de un kiosco. Allí surgió la idea de incorporar café y sumarle las medialunas, un producto que a Franco le gusta cocinar.
"Empezamos a vender café con medialunas y probamos con unas congeladas que eran compradas e industriales, pero no nos gustó. Ahí probamos hacerlas nosotros, súper caseras, con palote, sin amasadora, todo a mano y nos gustó. Las vendimos y tuvieron re linda repercusión", recordó.
Luego llegó la pandemia y las cosas comenzaron a complicarse para los emprendedores. En ese momento de crisis, que perjudicó a numerosos comerciantes debido a la caída de las ventas, decidieron buscar una alternativa utilizando su vivienda particular. Abrieron una cocina domiciliaria y comenzaron a producir medialunas para llevar, aprovechando la posibilidad de realizar delivery en aquellos días de ASPO (Aisalmiento Social Preventivo y Obligatorio).
"Aún manteníamos el kiosco y empezamos a publicar que hacíamos medialunas. Comenzamos a hacer delivery de medialunas y el único ingreso que teníamos era el de la venta porque el kiosco era a la vuelta y no andaba, no había venta", recuerda Natalia.
El momento de crisis trajo una oportunidad de emprender en algo nuevo, distinto, original y que les gustaba a ambos: la elaboración de medialunas.
"Lo del kiosco estaba muy díficil y lo único que nos sostenía era la medialuna. Decidimos vender el fondo de comercio y seguir con lo que sabíamos que nos gustaba y le gustaba a la gente", expresó.
De esta forma, iniciaron la fábrica de medialunas artesanales en el quincho de una casa que alquilaban. El kiosco había sido un proyecto que funcionó un tiempo y permitió ser un canal de venta que ayudó a instalar el producto en Esquel.
"Después de la pandemia fue el mayor salto en donde decidimos dejar el kiosco y que sea solo la medialuna nuestro ingreso. Todavía Franco tenía un trabajo, yo ya no, y con un pequeño en camino, fue un desafío", recuerda.
La posibilidad de abrir un local propio y concretar la fábrica de medialunas se dio cuando la casa en la que tenían la cocina habilitada se vendió. Debían mantener la producción en marcha porque mantenían clientes que compraban medialunas congeladas.
Los emprendedores comenzaron a buscar locales y alquilaron el lugar en donde hoy se encuentra Medialunería.
Franco recuerda el día de la apertura del local, que fue muy significativo para la familia porque terminó de materializar ese proyecto que había surgido en un momento complicado de la vida de la pareja.
"Quedé impresionado de la cantidad de gente que no nos conocía y nos empezó a conocer. Estamos agradecidos a la nota que nos hicieron en febrero cuando abrimos porque nos conocieron muchos y hasta ahora ninguna queja. Somos nosotros dos haciendo todo, haciendo compras y pedimos disculpas a la gente que viene dos o tres veces y nos encuentra cerrados", expresó.
En un principio, el objetivo era la venta de medialunas congeladas para distintos comercios o emprendimientos hoteleros con servicio de cafetería, y la venta por unidad sería algo complementario. Sin embargo, las medialunas calentitas y recién hechas fueron furor y pasaron a ser el atractivo principal del local.
"Esto nos abrió un montón de puertas. Nos llevó unos cuantos meses abrir todo, y cuando abrimos, ese día que nos hicieron la nota estábamos sorprendidos, había cola de cinco personas afuera esperando comprar, fue un éxito", sostuvo.
"Sigue sorprendiéndonos el boca en boca, la verdad que es impagable porque la gente va conociendo la medialuna y vuelve. Sabemos que es un producto caro, lo hacemos así para mantenerlo siempre igual, la amamos a nuestra medialuna", señaló.
Las clásicas medialunas argentinas con un toque especial
Para obtener una medialuna de calidad, con buena textura, sabor y esponjosidad es clave el tiempo que se destina a su producción. Según cuenta Franco el proceso implica tres días.
"El tiempo es fundamental y también tener mucha paciencia. Es una masa que lleva mucho amasado para que tenga una buena elasticidad, después se deja descansar en frío siempre porque necesitás que no leude", sostuvo, y señaló que elaboran principalmente medialunas de manteca, por lo que mantener frío el ambiente de la cocina es un requisito indispensable.
Sin embargo, aclaró que la temperatura debe ser moderada, ya que si el ambiente está demasiado frío, la manteca se congela y se puede echar a perder el trabajo realizado.
Si bien la reina de la casa es la medialuna de manteca, Franco y Natalia también cocinan de grasa. Este tipo de medialunas lleva mucho más tiempo de elaboración y tiene otras particularidades. La intención de los chicos es volver a producirlas y tenerlas en stock.
"Tambián hacemos criollitos de margarina, los croissant de manteca y un pan de chocolate que está hecho con manteca y con la masa del croissant y pintados con almibar", señalaron.
El croissant es otro de los productos que complementan a la medialuna y que forma parte de la oferta de la Medialunería.
Franco contó que, si bien tienen un aspecto similar al de las medialunas, su elaboración es completamente distinta.
"Son diferentes masas. El croissant no tiene huevo, no lleva esencia de vainilla ni leche y cambian las proporciones de la azúcar y la sal. Lleva mucha manteca y el hojaldre es más grueso. Después cambia el peso, el corte y el armado", dijo.
La medialuna que realizan en el local busca recrear la auténtica medialuna argentina pero con una impronta especial de Franco, quien va perfeccionando la receta de forma permanente para conseguir el mejor producto.
"Ninguno de los dos es técnico y especializado en panadería, esta receta es muy particular. Tiene muchas cosas de Franco y mantiene la parte original, única y argentina",dijeron.
"Nuestra medialuna es muy única. Hemos cambiado muchísimo, para la gente siempre sigue siendo la misma, pero detrás de cámara cambia el proceso, lo sigo cambiando para poder mejorar", explicó Franco.
¿Dulces o saladas?
Muchos vecinos ya conocieron las famosas medialunas artesanales de Franco y Natalia, y otros tienen ganas de probarlas.
En su mayoría, los clientes que se acercan al local para comprar una docena, media o por unidad las piden dulces, aunque también están aquellos que las prefieren saladas.
"Tengo un grupo que viene y solo pide saladas. Tengo varios clientes que han venido por las saladas, pero han caído en las dulces. También tenemos a los fans de los criollitos, pero la medialuna le gana a todo, es la reina de la casa", expresaron.
Seis meses de aprendizajes y crecimiento
La fábrica abrió sus puertas en febrero de este año y tuvo una muy buena respuesta por parte de los vecinos . El balance es más que positivo en estos meses de trabajo, según expresó la pareja emprendedora. Las medialunas artesanales tienen su lugar en Esquel y prometen quedarse por mucho más tiempo.
"Planes y proyectos hay un montón, pero todavia somos nosotros dos y no sabemos cómo delegarlo. Nos encantaría crecer y con la gente de aca, pero bueno, vamos paso a paso. Ha crecido un montón en estos seis meses que abrimos, agradezco a todas las personas que han venido", expresó Natalia.
Medialunería - Fábrica de Medialunas Artesanales tiene su local en la calle Rivadavia N° 670.
Sus horarios de atención son de miércoles a viernes de 9:00 a 11:30 y de 14:00 a 16:00 a la tarde. Los sábados y domingos de 10:00 a 12:00 y de 16:30 a 19:00.
Además, se pueden realizar encargos por redes sociales y cuenta con el servicio de delivery. El emprendimiento se encuentra en Instagram como medialuneriaa. También se pueden realizar pedidos por whatsapp al celular 2945 - 548052.
C.S.