Mabel Diocares, quien está a punto de jubilarse, habló sobre su experiencia y planes futuros con una mezcla de nostalgia y esperanza.
Durante años, Mabel dedicó su vida a la docencia y al servicio en el Colegio N°112, pero su próximo paso la lleva hacia un sueño largamente acariciado: asumir el cargo de directora normalizadora en la Casa Estudiantil, un lugar con una importancia personal y emocional para ella.
Mabel explicó que siempre deseó trabajar en la Casa Estudiantil, un sueño que se remonta a sus años como alumna interna en la 37. "Era como una forma de sanar las heridas de mi infancia y adolescencia, de reivindicar lo que me fue doloroso", comentó. Su objetivo es ofrecer un entorno seguro y enriquecedor para las jóvenes que viven en la casa, y está entusiasmada con la oportunidad de "construir y sanar" junto a ellas.
La Casa Estudiantil, que actualmente alberga a 11 jóvenes, enfrenta importantes desafíos. Mabel destacó la necesidad de reparaciones en las instalaciones, especialmente en los sanitarios. A pesar de los fondos recibidos para el mantenimiento y las mejoras, como la reparación del invernáculo y el pintado del techo, aún quedan muchos trabajos pendientes. "Las nenas están usando baños improvisados debido a las malas condiciones de los sanitarios", explicó. Además, mencionó problemas de humedad y seguridad en las instalaciones.
Por otro lado, Mabel y las jóvenes de la Casa están trabajando en proyectos interesantes, como el cultivo de una huerta. Gracias a la cooperación de la comunidad, comenzaron a aprender sobre trasplantes y reproducción de plantas. También adquirieron algunas aves para producir huevos y planean cultivar frutillas para el consumo interno.
Mabel pidió apoyo a la comunidad. "Si alguien tiene plantas frutales que pueda donar, estaríamos muy agradecidas", dijo. Su objetivo es reemplazar los frutales envejecidos y continuar proyectando el futuro de la Casa Estudiantil.
Para quienes deseen colaborar o donar plantas frutales, Mabel brindó su número de contacto: 2945 52 9120.
O.P