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23 de Octubre de 2025
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Sofía y Bautista tenían 7 y 2 años: su madre los asesinó a balazos y pagará con perpetua

El terrible hecho ocurrió en octubre del año pasado. La mujer es policía y utilizó el arma reglamentaria para terminar con la vida de los chicos. El macabro plan que llevó a cabo. 

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María Abigail Silvsa de 31 años y subinspectora de la policía de San Luis, mató a sus hijos disparándoles mientras dormían en octubre del años pasado. Tras el crimen, fue encontrada en una zona de un dique con su arma reglamentaria.

 

Ayer miércoles, en el marco del juicio oral y público que comenzó el pasado 13 de octubre, fue condenada a prisión perpetua, tras ser hallada culpable del homicidio doblemente agravado por el vínculo y por alevosía de sus dos hijos: Sofía Mía Ojeda Silva (7 años) y Bautista Silva Funes (2 años) ambos en la foto.

 

La investigación de la fiscalía permitió establecer que el crimen fue ejecutado con premeditación y en condiciones que impidieron cualquier defensa por parte de las víctimas.

 

El fallo fue dictado por los jueces Adriana Lucero Alfonso, Ariel Parrillis y Eugenia Zabala Chacur tras la audiencia de cesura de juicio, que siguió a los alegatos finales de las partes.

 

La fiscal, Virginia Palacios, planteó durante los alegatos que la acusada planificó el crimen y eligió actuar en la madrugada para evitar la intervención de terceros, aprovechando el estado de indefensión de los niños.

 

La querella, a cargo del abogado Esteban Bustos, coincidió con la fiscalía, y sumó el argumento de la existencia de alevosía y la plena conciencia de la imputada, por lo que también requirió la máxima pena prevista, según publica Infobae.

 

Mientras tanto, la defensa de la mujer, a cargo de la abogada Agustina Tobares, pidió al Tribunal que considerara la historia vital de la acusada desde una perspectiva de género, teniendo en cuenta su contexto personal, familiar y económico.

 

La defensa hizo referencia a episodios de violencia en relaciones previas y a una situación de endeudamiento que, según su planteo, “habrían afectado su estabilidad emocional”.

 

El crimen de los pequeños Sofía y Bautista tuvo lugar el 1.º de octubre de 2024 en una casa en el barrio Los Fresnos. Allí, en horas de la madrugada, la mujer policía aprovechó para cometer el crimen mientras sus hijos dormían en una cama matrimonial.

 

Según se pudo establecer, Marina Silva abrió una garrafa para adormecer a los niños, probó su arma disparando al colchón y, con un método sistemático, cubrió los rostros de sus hijos con almohadas antes de dispararles a quemarropa.

 

Las autopsias revelaron que cada niño recibió dos disparos: uno en el pecho, a la altura del corazón, y otro en la cabeza, a escasos centímetros de la oreja, lo que provocó la muerte inmediata.

 

Tras los crímenes de sus hijos, la acusada pegó dos carteles de advertencia: en la puerta principal escribió Llamá a la Policía, no entres y en la trasera, No entres, ambos firmados de su puño y letra.

 

Y en este marco, dejó una carta de despedida en la que mencionaba sus deudas, pidió perdón a su familia y expresó que no quería que sus hijos “fueran una carga”.

 

Las cámaras de seguridad pudieron determinar que salió de la casa sola. Fue encontrada cerca de las 10 en la vera del dique Cruz de Piedra. Los agentes la contuvieron y la trasladaron en horas del mediodía a una sede policial: llevaba consigo su arma reglamentaria y confesó lo sucedido.

 

“No quiero ni hablar con ella. ¿Qué vas a hablar con una persona así? Ya le dije al jefe de Policía que no quiero verla. No quiero saber de ella ni quiero que me la pongan en frente de mí. Si tenés algún problema, arreglátela vos. ¿Pero qué culpa tienen estos angelitos que no molestaban a nadie?”, lamentó el padre de Silva, tras conocer el crimen de sus nietos, y tras reconocer que su hija “tenía un problema económico muy grande”.

 

 

 

 

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