En la ruta que conduce a la frontera con Chile, justo antes de llegar al paraje Los Cipreses, se encuentra "Río al Límite", un emprendimiento familiar que, desde principios de 2021, ofrece una experiencia de turismo rural y de naturaleza pura, a la vera del Río Futaleufú/Río Grande. El proyecto es liderado por Jorge Bouquot y su esposa, quienes han transformado una histórica chacra pionera en un acogedor refugio.
Jorge describe el origen de la iniciativa con una mezcla de pasión y pragmatismo: “Decidimos venir en esas locuras de actividades y decir, bueno, ¿qué vamos a hacer? Tenemos la oportunidad de estar acá y pensamos en armar un refugio como para dar la posibilidad de que la gente local y el turismo nacional e internacional pueda ver este espacio agreste.” El lugar ofrece tranquilidad, desconexión, el canto de pájaros, el rumor del agua que corre, invitando a la reflexión y al disfrute. El pitío, un ave que habita los bosques cordilleranos y es también conocido como carpintero pitío o Colaptes pitius, puede oírse en la entrevista con su estridente canto y casualmente suele asociarse en la cultura popular con la llegada de visitantes.
Un vínculo con la historia y el río
El valor del lugar radica en su historia y su ubicación. Situado en una de las bajadas de embarcaciones al Río Grande (Futaleufú), el refugio honra el pasado de la región. “Siempre nosotros recalcamos a la mayoría de todos los que fueron pobladores, que fueron acá, pioneros,” comenta Jorge, recordando el estilo de vida rústico que antecedió al proyecto.
La esencia del emprendimiento está profundamente ligada al río y su actividad principal: “Este lugar se trata de dar la posibilidad a la zona de un ingreso al turismo al aire libre y relacionado también un poco con lo que es fundamental al estar en la costa del río, lo que es la pesca, que es una de las actividades muy importantes que tiene el río.”
Hospitalidad y sabor al fuego
En "Río al Límite", la atención es clave. El objetivo de la familia Bouquot es hacer sentir a los viajeros “como en casa”.
El refugio está organizado para recibir a visitantes y alojar hasta cuatro personas en un dormis, cercano al comedor y la cocina. Los pescadores y turistas que buscan un lugar de encuentro son bienvenidos, confiando en el "profesionalismo y privacidad" que ofrece el emprendimiento.
Un pilar de la experiencia es la gastronomía, donde todo se cocina "al fuego". “A quién no le gusta todas las comidas al fuego, el disco, la parrilla, el asador, la olla, la famosa olla de hierro,” reflexiona Jorge, asegurando que esta comodidad es “muy buena, es muy linda.” En el lugar se puede observar un ahumador, unos calderos y parrillas. También algunas mesas, bancos, y espacios para sentarse frente al río, con un toque rústico que marca el estilo del lugar.
Un proyecto que crece en familia
El refugio también ha evolucionado para incluir elementos de agroturismo, un proceso orgánico impulsado por las ideas familiares. “Vienen los hijos y dan una idea, dan otra idea y dicen, che, al lugar también hay que darle un poquito de un toque de producción,” relata Jorge. Así comenzó la producción de frutos, principalmente frutillas, con apoyo del INTA, lo que los integró a la red de Agroturismo Los Cipreses. Se observa una plantación de frutillas en el lugar, que daría este año la primera tanda de frutos, no pocos, y con miras a crecer, teniendo en cuenta los ejemplos de otras producciones con apoyo de esa institución, como lo es en Tecka.
El carácter familiar del proyecto es, para Jorge, su mayor fortaleza: “Emprendimiento familiar, sin ninguna duda, que también eso creo que es un granito de arena, o lo importante, digamos, en estos proyectos, que cuando es un proyecto familiar hay cariño, hay amor, hay un significado, digamos, de la tierra.”
Jorge nos cuenta que están gestándose otras movidas que incluyen una feria y música en vivo, entre otras ideas que van surgiendo para aportar la relación entre los pobladores y asimismo aumentar el caudal de visitantes en esa parte de la ruta.
Logística para el viajero
"Río al Límite" busca ser una herramienta que dé oportunidad a quienes necesitan estos espacios de desconexión. Ofrecen un alojamiento agreste, recibiendo rodanteros, campers y casillas. Jorge precisa el concepto: “Esto es agreste, es autosustentable, yo lo único que le tengo que dar es un espacio acá en la parcela y, bueno, y se quedan y disfrutan con nosotros.” El lugar también ofrece un quincho y espacios para acampar limitados a grupos familiares relacionados con la pesca. Cuentan con algunos servicios pensando en la comodidad de quienes vienen a pasar el día, cuentan con un pequeño baño personal y Wi-Fi —porque “el turismo, todos quieren fotos”— y para los que no pueden desconectarse, sumando varios escenarios naturales para capturar los momentos como desde pescar una buena trucha hasta un atardecer en la vera del río con el sol despidiendo un día veraniego hundiéndose en la cordillera. Es indispensable realizar reservas previas tanto para alojamiento como para el servicio de gastronomía, dado que buscan mantener un trato "más personalizado".
El refugio se ubica a 21 kilómetros de Trevelin, sobre la Ruta 259, km 63, a un kilómetro antes del paraje Los Cipreses. Para reservas y consultas, comunicarse al teléfono: +54 9 2914 26-2991. También se pueden encontrar en Google Maps e Instagram como @RioalLimite.
E.B.W.